lunes, octubre 28, 2013

DAÑOS DROGAS

Un estudio1 aparecido en The Lancet (1) trata de cuantificar el daño en la salud que provocan las drogas ilegales en todo el mundo. Aunque se trata solo de una aproximación, los datos son suficientemente relevantes.
Los autores reconocen que el informe cuenta con importantes limitaciones: en primer lugar, las cifras no son fruto de una investigación propia, sino que están tomadas de diversos estudios, aunque todos ellos recientes; en segundo lugar, solo se han tenido en cuenta los efectos de las drogas sobre la salud de las personas, dejando de lado los daños sociales, familiares y económicos; por otro lado, no se han estudiado las consecuencias de las llamadas “drogas legales”: el alcohol y el tabaco, sino solo las de las ilegales, y especialmente el cannabis, las anfetaminas, los opiáceos y la cocaína; además, los datos se restringen a los consumidores dependientes, es decir, a aquellos en las que se da la presencia –al menos durante un mes– de tres o más indicadores de dependencia según la última edición de la Clasificación Internacional de Enfermedades. Este filtro deja fuera a los consumidores ocasionales, que en drogas como la marihuana o el hachís son una proporción bastante significativa del total.
La tasa de dependencia subió más de un 20% entre 1990 y 2010, debido fundamentalmente a los opiáceos
Años perdidosLas unidades empleadas para medir el daño de cada droga han sido los YLDs (Years Lived with Dissability, es decir los años vividos con una discapacidad motivada por la dependencia de la droga) y los YLLs (Years of Life Lost, los años de vida perdidos debido a una muerte prematura –por la misma razón– de acuerdo a la esperanza de vida previsible). La suma de estos dos factores da el número de DALYs: el conjunto de años afectados de una u otra manera por la droga.
Por ejemplo: si una persona que por sexo, grupo social, etc. tiene una esperanza de vida de 80 años, muere a los 50 años por una causa directamente relacionada con su dependencia, se cuentan 30 YLLs; si además ha sufrido durante sus últimos diez años algún tipo de discapacidad motivada por la droga, se sumarían 10 YLDs. En total, 40 DALYs. Sumando los DALYs de todos los dependientes –obviamente, utilizando muestras de población– se obtiene el daño total causado por las drogas en el mundo.
Este acercamiento, a la vez que resulta práctico, se enfrenta a un gran problema: cómo saber qué muertes o qué discapacidades son atribuibles al efecto de la droga. En algunos casos, la relación causa-efecto aparece bastante clara, y como tal se ha consignado en las autopsias, y de ahí ha pasado a los informes revisados por el equipo investigador.
En otros casos menos claros, donde los efectos de las drogas son indirectos, los investigadores emplean un criterio estrictamente consuetudinario: se ciñen a lo que la comunidad científica ha ido sancionando con el paso del tiempo y de las investigaciones. Por ejemplo, existen numerosas investigaciones que señalan una relación entre el consumo frecuente de cannabis y la aparición o el agravamiento de la esquizofrenia; de ahí que los autores cuenten como daño del cannabis esos efectos siempre que haya indicios científicos de la conexión en los casos concretos. En cambio, la relación entre cannabis y enfermedades de miocardio no tiene aún aval científico suficiente, por lo que no se tiene en cuenta.
El cannabis produce tanta discapacidad por consumidor dependiente como la cocaína y las anfetamina
La epidemia que no cesaDesde 1990 a 2010, el número total de DALYs creció más de un 40%; aunque si se descuenta el efecto del crecimiento de la población, el aumento queda en un 22%. Los opiáceos tienen gran culpa de esta tendencia, ya que los DALYs producidos por este tipo de dependencia subieron un 40% –sin contar factores demográficos–. En total, en estos veinte años se produjeron casi 20 millones de DALYs: la suma de 3,5 millones de “años muertos” (YLLs) y de 16,5 millones de años de discapacidad (YLDs).
El mayor número de dependientes –que no de consumidores, donde el cannabis mantiene un indiscutible primer puesto– lo ocasionan las anfetaminas (más de 17 millones), seguidas de los opiáceos y el cannabis (15,5 millones y 13 millones respectivamente). El número de dependientes de la cocaína es bastante inferior: cerca de siete millones. Uno de cada tres dependientes es mujer, aunque la proporción es algo mayor –pero siempre por debajo del hombre– en el cannabis y las anfetaminas.
La droga que, con mucha diferencia, provoca más DALYs son los opiáceos, no solo por las adicciones, sino también por su relación con el VIH (el virus causante del sida). Casi cuatro veces menos daño ocasiona la cocaína, el cannabis y las anfetaminas, con una ratio DALYs-dependiente muy parecida entre ellos.
Aunque las anfetaminas provocan el mayor número de casos de dependencia (uno de cada tres), los años de discapacidad (YLDs) atribuibles a esta droga solo representan el 15% del total, y el número de “años perdidos” es apenas significativo, pese a que es la sustancia más claramente asociada al suicidio. En cambio, el daño de los opiáceos, aunque menor en extensión, es más intenso: aunque esta droga supone el 29% de las adicciones, su representación tanto en los YLDs como sobre todo en los YLLs es mucho mayor, un 43% y un 55% respectivamente. Es decir, más de la mitad de los años muertos se deben a los opiáceos. Otro significativo 43% es atribuible al grupo de sustancias que el informe engloba en “otras drogas”: éxtasis, alucinógenos, uso no médico de fármacos como la benzodiacepina, etc.
Cannabis: droga blanda con duras consecuenciasLa imagen social del cannabis es mucho más positiva que la de la cocaína, algo que probablemente tenga que ver con una supuesta mayor facilidad para consumir cannabis sin llegar a ser dependiente. Los números del informe –que se refieren solo a los casos de dependencia– señalan no obstante que el número de dependientes de la cocaína es apenas la mitad que los del cannabis.
Es cierto que el consumo de cannabis apenas produce YLLs, entre otras cosas porque su relación con el suicidio o con algunas enfermedades de corazón no está aún lo suficientemente demostrada. Sin embargo, la proporción de años de discapacidad por cada dependiente es muy similar a la de la cocaína, y solo ligeramente inferior a la de las anfetaminas.
Como efectos indirectos sobre la salud, más allá de la propia dependencia, el cannabis solo se ha relacionado fehacientemente con la esquizofrenia: tanto su agravamiento como su temprana aparición. No obstante, la proporción de casos es poco significativa. Nada que ver, por ejemplo, con el principal “daño colateral” producido por las drogas ilegales: el VIH.
Según el informe, las infecciones de VIH debidas al consumo intravenoso (fundamentalmente de opiáceos) supusieron entre 1990 y 2010 un total de 2,1 millones de DALYs, más del 10% del total. De ahí que los autores centren sus recomendaciones en este tipo de sustancias. En concreto, proponen fomentar el uso de sustitutivos a los principales opiáceos como forma de desenganchar a los dependientes, y facilitar el tratamiento con antirretrovirales a los infectados por VIH.
__________________Notas(1) “Global burden of disease attributable to illicit drug use and dependence: findings from the Global Burden of Disease Study 2010”, The Lancet (29-08-2013).

jueves, octubre 17, 2013

CANNABIS Y EL CEREBRO ADOLESCENTE

La naturaleza del cerebro de un adolescente hace que el consumo de cannabis pueda aumentar su riesgo de desarrollar conductas adictivas a largo plazo, según un estudio elaborado por científicos de la Universidad de Montreal (Canadá) y la Icahn School of Medicine del Mount Sinai en Nueva York (Estados Unidos).

"Aunque está claro que se necesitan más estudios para comprender el impacto a largo plazo del cannabis en el cerebro y el comportamiento de los adolescentes, la evidencia actual sugiere que tiene una gran influencia sobre las conductas adictivas en edad adulta, en particular para ciertos subgrupos más vulnerables", ha reconocido el profesor Didier Jutras-Aswad, autor de la investigación publicado en la revista Neuropharmacology.

Este experto y su equipo revisaron más de 120 estudios que analizaban diferentes aspectos de la relación entre el cannabis y el cerebro de los adolescentes, incluida su biología, la reacción química que se produce cuando se consume esta droga, la influencia de la genética y los factores ambientales, además de otros estudios sobre los motivos del inicio del consumo.

Los datos de los estudios epidemiológicos mostraron una asociación repetida entre el consumo de cannabis y una posterior adicción a drogas más duras, así como un aumento de enfermedades psiquiátricas como, por ejemplo, la esquizofrenia.
No obstante, el riesgo de desarrollar estos trastornos después de la exposición al cannabis no era la misma para todos los individuos y se correlacionaba con factores genéticos, la intensidad del consumo y la edad en que se produce. Así, cuando el primer contacto se producía en los adolescentes más jóvenes el impacto del cannabis parecía ser peor en lo que respecta a muchos resultados como la salud mental, el éxito académico, los niveles de delincuencia y la madurez.

Aunque es difícil confirmar con toda certeza un nexo causal entre el consumo de drogas y el comportamiento resultante, los investigadores han destacado que los modelos en ratones han permitido a los científicos explorar y observar directamente las reacciones químicas del cerebro humano.

De este modo, han visto que el cannabis interactúa con el cerebro a través de los receptores cannabinoides CB1 y CB2, que están situados en las áreas del cerebro que se encargan del aprendizaje y la gestión de las recompensas, la toma de decisiones, la formación de hábitos y la función motora.

Dado que la estructura del cerebro cambia rápidamente durante la adolescencia, los científicos creen que el consumo de cannabis en ese momento influye en gran medida en la manera en que estas puntos de la personalidad del usuario se desarrollan.

Además, en modelos de ratas adolescentes han sido capaces de observar las diferencias en las señales químicas que rigen la vulnerabilidad a la adicción, un receptor en el cerebro conocido como el receptor de dopamina D2, bien conocido por estar poco presente en los casos de abuso de sustancias.

Influencia genética


Los estudios también han demostrado que la dependencia del cannabis puede ser heredada a través de los genes que producen los receptores cannabinoides, al tiempo que también hay otros factores psicológicos que también pueden estar involucrados en este riesgo.

"Las personas que desarrollarán una dependencia al cannabis muestran conductas caracterizadas por falta de afecto, agresividad e impulsividad desde una edad temprana. Algunos de estos rasgos son a menudo exacerbados con años de consumo de cannabis, lo que sugiere que los usuarios quedan atrapados en un círculo vicioso que a su vez se convierte en una dependencia", reconoció Jutras-Aswad.

Los investigadores subrayan que, aunque queda mucho por conocer acerca de la mecánica del consumo de cannabis, los estudios analizados muestran que "no es inocuo para el cerebro de los adolescentes, especialmente para aquellos que son más vulnerables desde el punto de vista genético o psicológico".

De hecho, apuntan que la identificación de estos adolescentes vulnerables, a través de análisis genéticos o psicológicos, "puede ser fundamental para la prevención y la intervención temprana de los trastornos adictivos y psiquiátricos relacionados con el consumo de cannabis".

miércoles, octubre 16, 2013

CABALLEROS COLON Y DEFENSA MATRIMONIO

Los Caballeros de Colón, una influyente organización católica surgida en Estados Unidos para promover actividades asistenciales, religiosas y culturales, han celebrado en Texas entre el 6 y el 8 de agosto su 131 convención nacional. La cita de este año se enmarcaba en una polémica de los últimos meses en los que la organización ha sido atacada por apoyar financieramente campañas a favor del matrimonio de siempre y del respeto a la vida.
Desde finales del siglo XIX, los Caballeros de Colón despliegan una inmensa labor asistencial dentro y fuera de EE.UU. Durante 2012, esta organización de laicos destinó 167,5 millones de dólares y más de 70 millones de horas de voluntariado a ayudar a discapacitados o personas duramente golpeadas por la crisis económica y los desastres naturales. Su proyecto más reciente es la apertura de un centro asistencial en Oklahoma City, donde unos 1.000 voluntarios ayudarán a reconstruir las casas destruidas por los tornados de junio.
La misma inspiración católica que lleva a los Caballeros de Colón a destinar millones de dólares para cambiar situaciones sociales dramáticas es la que les mueve a intervenir en los debates públicos sobre la vida, el matrimonio o la libertad religiosa. Pero no todos los que aplauden la generosidad de los Caballeros cuando se trata de dar dinero a los pobres o a los accidentados reciben con el mismo entusiasmo sus donaciones a favor del no nacido o del matrimonio entre hombre y mujer. Para los críticos de esta organización, su intervención en estos temas sería partidista y ajena a su misión.
Criticados por financiar… como los demásEn un blog político1 del New York Times, Laurie Goodstein se hacía eco de las críticas que han recibido los Caballeros de Colón por prestar apoyo financiero a la campaña a favor del matrimonio de siempre en EE.UU. Según un informe citado por Goodstein, entre 2005 y 2012 esta organización habría donado 6,5 millones de dólares para apoyar la aprobación en 12 estados norteamericanos de una enmienda constitucional que definiera el matrimonio solo como la unión de hombre y mujer.
Pero la periodista no menciona las donaciones millonarias que han hecho empresarios y políticos de éxito para que saliera adelante la legalización del matrimonio homosexual en algunos de esos estados. Solo en Washington, la campaña gay logró recabar más de 8,5 millones de dólares. En este debate, se ve que solo los partidarios del matrimonio homosexual pueden destinar su dinero a la causa que les parece bien.
En la campaña de Minnesota, donde finalmente fue rechazada la enmienda constitucional a favor del matrimonio entre hombre y mujer, los Caballeros de Colón contribuyeron a financiar la distribución de un DVD en unos 400.000 hogares católicos. El DVD, que puede verse en dos partes en YouTube3, se limita a explicar por qué el matrimonio solo puede ser la unión de hombre y mujer. Pero algunas organizaciones gays no han dudado en calificar de “homofobia” este simple ejercicio de libertad de expresión.

PARADOJA FIVE

Tener un hijo por fecundación in vitro (FIV) parece la última oportunidad para las parejas que no pueden conseguirlo de un modo natural. Quienes han pasado por esta experiencia reconocen que es un proceso caro, muy absorbente y, si al final no tiene éxito, frustrante. Pero también puede ser innecesario en muchos casos. Diversos estudios han documentado que no pocas mujeres que se someten a la FIV conciben luego un hijo de modo natural.
Así lo confirma un artículo publicado en The Australian and New Zealand Journal of Obstetrics and Gynaecology.1 Los autores recopilaron datos de 434 mujeres de Melbourne y Sydney desde su primer parto, 198 de las cuales habían concebido sus hijos de modo natural y 236 mediante reproducción asistida. Dos años después del primer nacimiento, el 33% de las mujeres que se habían sometido a la reproducción asistida habían tenido un hijo de modo natural, mientras que en el otro grupo la proporción era del 40%.
Las mujeres cuya infertilidad había sido diagnosticada como de origen “desconocido” tenían el doble de probabilidad de tener un hijo de modo natural que las otras cuya infertilidad se atribuía a una causa específica. El director del estudio, Dr. Karen Wynter, explicó que estos embarazos inesperados podían deberse a que algunas de las mujeres sufrían una endometriosis no diagnosticada, y que el primer embarazo contribuyera a aliviar algunos de los síntomas asociados con esta patología, con lo que el segundo embarazo resultaría más fácil.
La aparición de embarazos naturales en mujeres que se han sometido a la FIV se ha observado también en otros estudios, como el realizado en Francia por el Instituto Nacional de Salud e Investigaciones Médicas (INSERM) y publicado en Fertility and Sterility en abril de 2012. Los autores comprobaron que el 17% de quienes consiguieron ser madres a través de la FIV, más tarde pudieron concebir un hijo de forma natural. Asimismo, el 24% de las mujeres que no tuvieron éxito con la reproducción asistida, lograron con posterioridad ser madres sin ella.
El porcentaje es mayor cuanto más joven es la mujer y cuando la causa de la infertilidad es desconocida. Esto implica que muchas parejas no son totalmente infértiles y recurren demasiado pronto a la técnica cuando solo necesitarían tener más paciencia.
Otros casos que desafían las expectativas médicas son los de bebés prematuros, nacidos tras menos de seis meses de gestación, y que logran salir adelante. En Gran Bretaña han sido noticia en los últimos meses varios casos de bebés de 23 semanas que han sobrevivido en buenas condiciones.
En agosto dejó el hospital de Liverpool el bebé de la familia Giorgiu, que pesaba solo un kilo cuando nació el pasado abril, y que tuvo que ser operado por un problema de corazón a las seis semanas de vida. Hoy pesa tres kilos y medio.
Otro caso es el de la niña Esme Poulson, nacida con 23 semanas, a la que los médicos daban mínimas probabilidades de supervivencia. Hoy tiene ocho meses y buena salud.
Según un estudio de 2006 de la British Medical Association, los bebés prematuros de seis meses tenían una probabilidad de supervivencia del 19%. Pero los avances de la Medicina están mejorando la tasa de supervivencia. Estos progresos ponen en evidencia cada vez más la ley del aborto británica, que mantiene el límite del aborto en las 24 semanas de embarazo. Ha habido diversos intentos de reducir ese plazo, antes con el gobierno laborista y ahora con los conservadores, pero nunca ha habido apoyo parlamentario suficiente.

miércoles, octubre 09, 2013

RECORDANDO A LA FAMILIA

Los datos actuales manifiestan la crisis en la que se encuentran muchas familias, derivada en gran parte, de una carencia de valores y de un mal entendimiento de lo que es el amor conyugal en su punto de partida. Muchas veces hemos oído esta frase: “se acabó el amor” cuando lo que realmente sucedió es que no se cuidó el amor, no se cultivó, y se llegó a su destrucción.

Un hombre y una mujer que deciden contraer matrimonio, deben hacerlo sin condicionamientos, es ir a construir una familia y esto supone una tarea diaria. No se construirá llevando vidas paralelas sino fusionadas, con metas claras desde el principio. Cuando todo se fundamenta exclusivamente en el enamoramiento, el matrimonio tiene fecha de caducidad, antes o después. Es fundamental  mejorar el conocimiento mutuo y de aprender a valorarse entre sí, esforzarse por admirar las cualidades del cónyuge y aceptar sus defectos y aquellas cosas que no se pueden cambiar. El cariño y la admiración son antídotos contra el desprecio; el otro debe ser respetado y amado. Hay que mantener el recuerdo de los momentos positivos a lo largo de los años.

Es muy importante el conocimiento de  las diferencias psicológicas entre hombre y mujer, y cómo es importante hacer sentir al otro cónyuge la cercanía, que verdaderamente importe lo suyo y se valore. Esto, lógicamente, exige un esfuerzo, un dejar el ego de lado, un ejercicio de la generosidad y ofrecer apoyo en la dificultad así como dejarse ayudar. Estar dispuesto a ceder aumenta la “cuenta emocional”. Es absurdo querer cambiar a la otra persona para que sea como uno mismo y, además, tener claro que nadie lleva toda la razón, ser humilde para aceptar esto y aprender a vivir la serenidad.

Igualmente es necesario el adiestramiento en  la forma de resolver las disputas y diferenciar, saber diferenciar, entre problemas irresolubles y solubles. Con los problemas que no tienen solución hay que aprender a convivir y es importante usar el buen humor. A veces, no es necesario resolver los problemas para ser felices y estancarse en ellos distancia a los cónyuges. Es definitivo mejorar la comunicación: hablar y escuchar. Saber perdonar y evitar el rencor; comprender y comunicar la aceptación básica de la personalidad del otro; ser tolerante y esforzarse por ser tan amables como se es con otras personas ajenas a la familia. Dialogar sin agresiones y suavizar los planteamientos. No guardarse los problemas hasta que estallen y, por lo tanto, buscar desde el principio espacios para el diálogo.

En cuanto a la resolución de las disputas, hay que suavizar el planteamiento de las discusiones y emplear frases que comiencen por “yo” en lugar de “tú”;quejarse sin echar la culpa; describir lo que pasa sin evaluar o juzgar; expresarse con claridad y esforzarse por comprender. Y querer realmente construir, no destruir. Aprender a ofrecer y a recibir intentos de desagravio.

Destacó la importancia de disfrutar las fiestas en familia ya que existe una cultura familiar: celebraciones, cumpleaños, fiestas de Navidad u otras, y conviene fomentarlas. Hay un importante aspecto espiritual del matrimonio que conviene cultivar. Hablar con respeto de las convicciones y del sentido de la vida une mucho, así como hablar de los objetivos personales y de los compartidos.

Y como no podía ser de otra manera, practicar los valores de siempre algo olvidados o descuidados como son:  la fidelidad, el compromiso, la paciencia, la unidad construida día a día y estar abiertos a los hijos con generosidad. 

lunes, octubre 07, 2013

NIÑOS Y EL TELÉFONO

(Europa Press).- Los niños de hoy en día obtienen su primer teléfono móvil a la edad de siete años, según ha revelado un reciente estudio de Mobile Phone Check. La encuesta, realizada a 23.000 personas, ha indicado asimismo que los padres compran móviles a sus hijos tan pronto por “motivos de seguridad” y porque “sus amigos también los tienen”.

El teléfono móvil es un elemento indispensable en la vida de las personas que cada vez empezamos a usar antes; concretamente, a la edad de siete años, según ha revelado un estudio realizado a 23.000 personas por la web Mobile Phone Checker.
La edad a la que los niños comienzan a manejar su propio dispositivo móvil ha variado seis años durante la última década. En el pasado 1993 se trataba de preadolescentes, de una media de 13,2 años, los que adquirían por primera vez un teléfono móvil, y no de niños que acaban de entrar en primaria como sucede en la actualidad.

Existen varios motivos por los cuales los padres consienten que sus hijos dispongan de un móvil a tan temprana edad. Tres cuartas partes de los progenitores aseguraron que era “por razones de seguridad y para estar más tranquilos”.
Por otro lado, un 22 por ciento para ser exactos, coincidieron que si compraban un teléfono a sus niños era “porque sus compañeros de clase también lo tenían”. Independientemente de la motivación, el mencionado estudio reveló que la mitad de los padres encuestados pagaban además una tarifa de contrato por los móviles de sus hijos.

A pesar de esta preocupación por la seguridad de sus hijos, “muchos de los padres opinan que a los siete años todavía son muy pequeños para tener un móvil”, aseguró el director Moblie Phone Checker Adam Cable. “Sin embargo, tengo que admitir que he visto con mis propios ojos a niños de cuatro años manejar el iPhone o el iPad de sus padres con perfecta destreza”, añadió Cable.

Según este estudio, la precocidad de los niños a la hora recibir su primer móvil no ha sido lo único que ha cambiado a lo largo de los años, sino también la moda y la facilidad para conseguirlo. Adultos encuestados de entre 25 y 30 años coincidieron que su primer móvil fue un Nokia 3310, y el 86 por ciento de ellos admitieron que tuvieron que “obligar” a sus padres a que se lo comprasen.