martes, noviembre 29, 2011

LOS PADRES Y LOS DERECHOS EDUCATIVOS


Familias canadienses piden que la escuela respete los derechos educativos de los padres



Una institución canadiense ha resumido en un documento los puntos principales que sustentan la autoridad de padres y tutores como primeros responsables de la educación de sus hijos, también en la escuela pública, y ha comenzado una campaña para conseguir adhesiones que respalden la actuación de los progenitores frente a los excesos del Estado o las limitaciones de las autoridades educativas. Entre otras peticiones, exigen información previa sobre los programas de algunas asignaturas y la posibilidad de decidir la no asistencia de los hijos, cuando los contenidos entren en conflicto con su competencia como padres.

La declaración pide instaurar un sistema de consulta en los programas sobre sexualidad y otros temas sensibles, de manera que se conozcan sus contenidos y los padres puedan decidir que sus hijos participen o no en esas clases

La iniciativa se puso en marcha en Canadá a comienzos de julio por una sociedad denominada Catholic Civil Rights League y busca apoyos entre todo tipo de personas y asociaciones que estén de acuerdo con su contenido, independientemente de su fe o creencias. Su objetivo es “recordar a la sociedad que padres y tutores son los primeros y más importantes cuidadores de sus hijos” y su autoridad “debe ser respetada por el Estado y todos los que tienen que ver con el proceso educativo”. Se trata de dar apoyo a unos padres que “a menudo se sienten aislados o marginados en sus relaciones con las autoridades educativas o con los profesionales”.
El documento apoya cada uno de sus afirmaciones en textos aprobados por Naciones Unidas y reconocidos por la gran mayoría de países, desde la Declaración Universal de Derechos Humanos (1948) a la Convención sobre los Derechos del Niño (1989). El texto destaca sobre todo la primacía de la autoridad de los padres en la labor educativa, por el simple hecho de haber dado la vida a sus hijos. Esta obligación natural les confiere, según los promotores de la declaración, una autoridad inalienable para educar a sus hijos que “no depende ni se deriva de la sociedad o el Estado”. Por eso, aunque deleguen parte de su responsabilidad en maestros o profesores que les ayuden, “los padres y tutores siguen reteniendo su autoridad”, señala.
A la vez que se recuerda el deber de los padres de comprometerse activamente en el proceso educativo, cooperando con los profesores y colegios, se les reconoce la posibilidad de que puedan educar a sus propios hijos en casa, con la ayuda de profesores que ellos mismos busquen, en colaboración con otros padres, o poniendo en marcha colegios que concuerden con sus objetivos y convicciones. Según la Catholic Civil Rights League, apoyar y ayudar esas iniciativas de padres y tutores desde el Estado y la sociedad “resulta coherente con el pluralismo auténtico”.
Más transparencia
El texto es especialmente sensible hacia la formación en ética y normas morales, aspectos que no deben ceñirse solo al contexto de la práctica religiosa. Por eso, también en las escuelas públicas –que se ven como una ayuda a los padres– debe seguir prevaleciendo la autoridad de los progenitores sobre la educación de los niños. “La escuela pública no puede convertirse en un instrumento de imposición cultural, ideológica o religiosa, amparándose en el argumento de que el Estado o las autoridades educativas conocen mejor lo que beneficia más a sus hijos”.
Los firmantes de la declaración exigen la puesta en marcha de un sistema de consulta sobre los programas de las asignaturas y la posibilidad de que los padres decidan sobre la participación o no en algunas actividades. La petición de transparencia en los programas y materiales escolares debe ser especialmente cuidadosa en materias como la sexualidad y otros temas sensibles, de manera que se conozcan con antelación esos contenidos y se respete que, en algunos casos, los padres decidan que sus hijos no asistan o participen en esas clases. Amparándose en textos reconocidos internacionalmente, la Catholic Civil Rigths League asegura también que “nadie puede obligar a los niños y a los jóvenes a guardar secreto sobre contenidos y métodos de instrucción”.
La asociación canadiense recuerda que para el desarrollo y el bienestar de los niños y de la sociedad, es preciso educar en el bien, la verdad y la libertad, lo que incluye potenciar no solo el conocimiento sino también algunas virtudes. En su opinión, éstos son aspectos fundamentales de la educación y resultan esenciales para el desarrollo y bienestar de los niños y de la sociedad.

viernes, noviembre 18, 2011

MATRIMONIO Y PATERNIDAD


Un cambio legal con repercusiones de gran alcance

El coste de redefinir el matrimonio


En EE.UU. siguen las batallas políticas sobre el “matrimonio gay”. La última ha tenido lugar en el estado de Minnesota, donde la Cámara y el Senado han aprobado que en las elecciones de 2012 se someta a referéndum una enmienda constitucional para proteger el matrimonio entre hombre y mujer. En apoyo de esta propuesta, la Dra. Jennifer Roback Morse dirigió a la Cámara las siguientes consideraciones para hacer ver cómo la redefinición del matrimonio afecta a los niños, a la paternidad y a la intervención del Estado en la familia.



En lugar de unir los hijos a sus padres biológicos, el matrimonio del mismo sexo es el vehículo que separa a los niños de uno de sus padres

El objetivo público esencial del matrimonio es unir a madres y padres con sus hijos y entre sí. Para poder ver la importancia de este fin, debemos considerarlo desde la perspectiva del niño. ¿Qué hay que dar al niño? A diferencia de los adultos, el niño no necesita autonomía o independencia. El niño necesita que las dos personas que le trajeron a la vida se relacionen y cuiden de él.. Por lo tanto, el niño tiene un interés legítimo en la estabilidad de la unión de sus padres. Pero ningún niño puede defender estos derechos por sí mismo. Ni tampoco es posible restituirle estos derechos una vez que hayan sido violados. Los derechos del niño a la relación con sus padres y a que le cuiden deben ser apoyados activamente, antes de que el daño haya sido hecho.
Cambio niño por adultos
El matrimonio es la institución de la sociedad adulta que protege los intereses legítimos de los niños. Sin este propósito público, no necesitaríamos del matrimonio como una institución social específica.
Frente a esto a menudo se objeta que también hay matrimonios que no tienen hijos. Esto es verdad, pero todos los niños tienen padres. Privar a un niño de relacionarse con sus padres es una injusticia que se hace al niño, y no debería admitirse a menos que hubiera una razón convincente o inevitable. La objeción de que algunos matrimonios no tienen hijos pone del revés la razón fundamental del matrimonio. Ve al matrimonio estrictamente desde el punto de vista del adulto, en lugar de hacerlo desde la perspectiva del niño.

La alternativa al principio biológico para la determinación de la paternidad es el principio de que el gobierno decida quién es el padre

Para qué sirve el matrimonio
Las parejas del mismo sexo y las parejas heterosexuales son claramente diferentes con respecto al fin público esencial del matrimonio, y tratar cosas diferentes de forma diferente no es discriminación. Por eso en los pocos casos en que los tribunales han decidido que el no reconocimiento del matrimonio entre personas del mismo sexo es una discriminación ilegal, han atribuido al matrimonio fines que no tienen nada que ver con la procreación o con la unión de los hijos con sus padres.
Por ejemplo, el juez Vaughn Walker, quien falló contra la Proposición 8 en California, definió el matrimonio de la siguiente forma: “Matrimonio es el reconocimiento y la aprobación por parte del Estado de la decisión de una pareja de vivir juntos, estar comprometidos entre sí y formar un hogar basado en lo que sienten el uno por el otro, y a compartir su economía para apoyarse mutuamente y a los que dependen de ellos.”
Según esta definición, el matrimonio no tiene nada que ver con los hijos, con la permanencia, con la exclusividad sexual o incluso con el sexo: algunos compañeros de habitación en la universidad se podrían considerar casados según esta definición. El propósito público esencial del matrimonio se ha desvanecido y ha sido reemplazado por fines privados no esenciales. En lugar de ser una institución social fundamental, el matrimonio se convierte en nada más que un registro gubernamental de amistades, una inútil convención legal que francamente no merece ninguna ayuda o reconocimento del Estado.
Los mejores padres
Pero el niño también necesita unión con su madre y su padre. Algunas veces oímos afirmar que las investigaciones concluyen que las parejas del mismo sexo pueden ser buenos padres, como se pretende demostrar en un reciente estudio publicado en la revista Pediatrics [2010; 126:28-36]. Esta investigación se basó en los datos aportados por una muestra poco representativa de madres lesbianas de 78 adolescentes, información que no se puede considerar suficiente para establecer conclusiones generalizadas. Aun así, los titulares dijeron: “Las lesbianas son los mejores padres”. Y una revisión publicada en 2010 de 80 estudios admitió que hay muy pocas pruebas acerca de las parejas masculinas como padres [Journal of Marriage and Family, 2010; 72:3-22]. Sencillamente, no tenemos suficientes pruebas para extraer conclusiones del tipo “las lesbianas son los mejores padres”.
En el otro lado de la ecuación tenemos montones de datos que muestran que los niños necesitan un padre y de una madre [ver Why Marriage Matters: cfr. Aceprensa, 17-07-2002], y que el padre hace una contribución específica al bienestar de los hijos [ver D. Blankenhorn, Fatherless America: cfr. Aceprensa, 22-03-1995]. Las madres y los padres no son intercambiables, pero para cambiar la definición de matrimonio será necesario decir que sí lo son. De hecho, los tribunales están diciendo tonterías tales como que “la idea tradicional de que los hijos necesitan una madre y un padre para ser educados como personas sanas y equilibradas está basada más en un estereotipo que en cualquier otra cosa”. Esta declaración del Tribunal Supremo de Iowa [caso Varnum vs Brien] es simplemente falsa en cuanto afirmación general.
Nada más que biología
Pero el problema más significativo es cómo la redefinición del matrimonio afecta a otros aspectos del sistema legal y social.
El matrimonio del mismo sexo cambia la definición de la paternidad, como efecto colateral de la redefinición de matrimonio. Hasta ahora, el matrimonio ha hecho que la paternidad legal siga a la paternidad biológica, con algunas excepciones por adopción. La presunción legal de paternidad significa que se presume que los niños nacidos de una mujer casada son hijos de su esposo. Con esta norma legal, y con la práctica social de exclusividad sexual, el matrimonio une a los hijos con sus padres biológicos.
Por supuesto, las parejas del mismo sexo no pueden procrear juntas. Lo que se está llamando “igualdad matrimonial” requiere un cambio sospechoso de la “presunción de paternidad” a una “presunción de paternidad legítima” indiferente al género. Este juego de manos transforma la comprensión jurídica de la paternidad. La pareja del mismo sexo de un padre biológico nunca puede ser el otro padre biológico. En lugar de unir los hijos a sus padres biológicos, el matrimonio del mismo sexo es el vehículo que separa a los niños de uno de sus padres.
Pero la biología reclama sus prerrogativas, como está ocurriendo de hecho en algunos casos. Algunas mujeres que tienen niños con parejas del mismo sexo se dan cuenta de que compartir el cuidado de sus hijos con otra mujer no es tan sencillo como pensaron, y en realidad no es lo mismo que compartir estos cuidados con el padre del niño. Algunos hombres que acceden a ser donantes de esperma como “amigos”, se dan cuenta de que quieren tener con sus propios hijos una relación más estrecha de lo que habían pensado. Y algunos niños echan de menos al padre que les falta, hacen preguntas incómodas acerca de sus orígenes, y tienen la sensación de haber sido comprados [ver E. Marquardt et al., My Daddy’s Name is Donor: cfr. Aceprensa, 4-06-2010].
Los defensores de lo que llaman “igualdad matrimonial” frecuentemente responden que “eso no es más que biología”, como si la biología no fuera importante. Piden a la gente que dejen de lado su apegamiento natural de padres hacia sus hijos, la natural dificultad de tratar el hijo de otra persona como si fuera suyo, los deseos naturales de los hijos de saber quiénes son y de dónde vienen. Pero no se podrá suprimir indefinidamente todos estos sentimientos en todas esas personas.
El gobierno decide quién es el padre
Además de todos estos sentimientos inesperados, la redefinición del matrimonio tendrá consecuencias legales de gran alcance. Los tribunales están otorgando derechos de paternidad a individuos que no son ni padres biológicos ni padres adoptivos: vamos a llamar a estas personas los “no-padres”. Los tribunales y hasta algunos parlamentos están otorgando derechos de paternidad a no-padres, mientras que personas que responden a lo que es un padre están viendo disminuidos sus derechos de paternidad porque una vez tuvieron una relación sexual con alguien.
Para hacer esto, el Estado debe establecer indicios varios para determinar si la persona realmente merece el estatus de “padre de hecho”. El tribunal termina por escudriñar los detalles minuciosos de la vida en familia para determinar si la persona reúne todos los requisitos para ser un padre de hecho.
Seamos claros: la alternativa al principio biológico para determinar la paternidad es que el gobierno decida quién es el padre. En lugar de simplemente registrar la paternidad, el Estado la determinará, no solo en casos excepcionales sino como algo rutinario. Esto es lo que acabará significando “que el Estado no se meta en asuntos de matrimonio”.
En pocas palabras, redefinir el matrimonio como unión de dos personas en lugar de unión de un hombre con una mujer echa por la borda tres principios fundamentales: primero, el principio de que los niños tienen derecho a una relación con ambos padres; segundo, el principio biológico para determinar la paternidad; y tercero, el principio de que el Estado reconoce la paternidad, pero no la asigna.
No son cambios insignificantes. Hay que tener en cuenta que estas inquietudes no implican que alguien no sea digno del matrimonio, no hacen a nadie un “ciudadano de segunda clase”, y no menosprecian a nadie. Al cambiar la ley del matrimonio se cambia para todos, y se crean incentivos que pueden afectar el comportamiento de todos. Redefinir el matrimonio es un experimento social radical.
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La Dra. Jennifer Roback Morse es la fundadora y presidenta del Ruth Institute, un proyecto de la National Organization for Marriage. Es madre de un hijo adoptado y de otro natural, y, junto con su esposo, fueron una familia de acogida en el condado de San Diego durante tres años. El texto completo de su intervención se publicó en MercatorNet.com, 2-06-2011.

jueves, noviembre 03, 2011

FAMILIA INDISPENSABLE


Bendita familia

La Vanguardia, 24 de septiembre 2011.

24-09-2011

Históricamente en España la familia ha sido el gran sostén para épocas de dificultades. Pero ahora la pregunta que se plantea es: ¿la creciente autonomía individual de las personas que se ha producido en los últimos años está erosionando la solidaridad familiar en unos momentos de grave crisis como los actuales? La respuesta es que no.

La conclusión de un estudio de la Fundació La Caixa señala que la crisis vuelve a reforzar la solidaridad familiar. Este es un hecho muy importante para la estabilidad social del país en unos momentos, como los actuales, en los que la capacidad de los programas de asistencia social de la Administración central, de las comunidades autónomas y de los ayuntamientos está abocada a restringirse por falta de fondos.
Un 68% de los españoles piensa que son los hijos quienes deben atender a sus padres cuando lo necesiten. Pero paradójicamente, en la actualidad, en el 60% de los casos de ayuda intergeneracional esta va en la dirección contraria, es decir: de padres a hijos. La explicación es que los jóvenes son los principales perjudicados por la crisis y los que requieren más ayuda.
La generación de los padres y de los abuelos ha podido acumular una cierta capacidad de ahorro en el pasado, concentrada principalmente en la propiedad de la vivienda familiar, gracias a la estabilidad de ingresos que proporcionaba y proporciona un trabajo fijo. Los jóvenes, en cambio, sufren la inestabilidad laboral derivada de la generalización de la contratación temporal, que es la más vulnerable en épocas de crisis, y además no han podido acceder tampoco a una vivienda propia a causa de los elevados precios de los pisos provocados en su momento por la burbuja inmobiliaria.
Ambos hechos explican las dificultades económicas de los jóvenes para independizarse y la tendencia a permanecer en el hogar paterno hasta edades avanzadas. En España, el 67% de los jóvenes entre 18 y 29 años vive con sus padres, frente a un porcentaje del 30% en el norte de Europa. A ello se suma, ahora, el creciente retorno a la casa paterna de los hijos que ya habían abandonado la familia.
El estudio certifica, en suma, que la solidaridad familiar sigue siendo un capital social del país, muy superior al que existe en otros estados. Un 56% de españoles se identifica con la solidaridad entre generaciones frente al 32% de Alemania o el 30% de Francia.
Pero la ayuda de los familiares, pese a su gran importancia, no es suficiente para combatir el incremento de la pobreza y el riesgo de exclusión social. Un 2% de la población no tiene a nadie a quien poder recurrir en caso de necesidad extrema.
La publicación del citado informe ha coincidido con la voz de alarma que ha dado la federación de Entitats Catalanes d’Acció Social (ECAS), que advierte ya abiertamente de “riesgo de explosión social en Catalunya”.
La principal razón es que es hay 161.000 personas que han dejado de cobrar el paro, un hecho que coincide con recortes en la globalidad de los programas de ayuda social y con la saturación que registran los comedores sociales y los centros de acogida. Este aumento de personas en grave riesgo de exclusión augura un escenario de tensiones sociales. La solución a este problema sólo puede surgir de una mayor solidaridad pública y privada, además de la familiar. Algo tan necesario como difícil cuanto más dura es la crisis.


domingo, octubre 23, 2011

MATRIMONIO USA HOY


Desde hace tres décadas, en Estados Unidos se escucha la cantinela de que uno de cada dos matrimonios acaba en divorcio. Pero ahora un informe de la Oficina del Censo de ese país revela que el matrimonio allí se está convirtiendo en una institución social más estable: se casan menos, cierto, pero los que lo hacen duran más en comparación con lo que ocurría en los años ochenta y noventa.
The Survey of Income and Program Participation (SIPP) es una de las encuestas nacionales que pueden dar una foto robot más fiable de cómo son los mayores de 15 años y los hogares de Estados Unidos. Con una periodicidad aproximada de cinco años, la SIPP se centra en el estado civil.
La última de este tipo se hizo en 2009 en cerca de 39.000 hogares. En la encuesta participaron 55.497 adultos que han estado casados alguna vez. A todos se les preguntó el número de años que llevan casados, si son matrimonios intactos; o por las separaciones, divorcios, nuevos matrimonios o viudez, según los casos.
Rose M. Kreider y Renee Ellis, investigadoras de la Oficina del Censo de Estados Unidos, han ordenado estos datos; los han cruzado con los de las SIPP relativas al estado civil que engloban el período de tiempo que va desde 1986 a 2009; y, además, han analizado la evolución del estado civil de las mujeres y hombres nacidos entre 1940 y 1944. Con todo este material, han elaborado un informe que ofrece algunas conclusiones novedosas (1).
Matrimonio más tardío
Un primer cambio significativo que marca tendencia es el incremento de la edad del primer matrimonio, algo que se lleva observando desde hace tiempo. Pero que ahora se une al dato de que ese retraso se traduce en un porcentaje mayor de adultos jóvenes que terminan por no casarse.
Así, mientras que en 1986 el porcentaje de mujeres entre los 25 y los 29 años que no se habían casado era del 27%, en 2009 subió al 47%. Sin embargo, entre las mujeres de 55 años apenas ha habido variaciones (del 5% se ha pasado al 6% en ese mismo período de tiempo).
La tendencia a posponer el matrimonio afecta todavía más a las mujeres afroamericanas. Mientras que en 2009 el 43% de las mujeres blancas (no hispanas) de entre 25 y 29 años no estaban casadas, entre las mujeres afroamericanas de esa edad el porcentaje alcanzaba al 70%. Pero también en este grupo siempre ha sido más frecuente la maternidad al margen del matrimonio.
Baja el divorcio entre jóvenes
Pese a que el divorcio sigue estando más extendido en Estados Unidos que en la mayoría de países europeos, hay algunos datos positivos. En primer lugar, las tasas de divorcio empiezan a caer ligeramente respecto a las de los años ochenta, cuando llegaron a su punto más alto. Frente al 74% de parejas casadas en los ochenta que celebraron su décimo aniversario, el porcentaje de casados a partir de 1990 que llegaron a ese aniversario subió a un 77%.
También se consolida la caída del divorcio entre las generaciones más jóvenes. En efecto, en 1996 el porcentaje de mujeres casadas de entre 25 y 29 años que estaban divorciadas llegaba al 19%; en 2009 este porcentaje descendió al 14%.
Idéntico patrón se produjo entre las mujeres casadas de entre 30 y 34 años. En 1996, el porcentaje de las divorciadas era del 26%, y en 2009 bajó al 21%; o sea, una caída de casi el 20% de divorcios. En esos años, también descendieron las tasas de divorcio entre las mujeres de entre 35 y 39 años, 40 y 49 años; en cambio, subió en los tramos de edad de las mujeres de entre 50 y 59, 60 y 69, 70 y más años.
La educación es clave
¿A qué se debe este cambio de tendencia? El informe no ofrece demasiadas explicaciones. Una pista apunta a la legislación divorcista de los años setenta, que afectó sobre todo a las mujeres que ahora están entre los grupos de edad de 50 en adelante.
Otra causa: “Mientras las tasas de nupcialidad caen y la cohabitación se extiende, el matrimonio se ha vuelto más selectivo para los adultos que están mejor situados económicamente y tienen más formación”.
El informe apoya esta conclusión en un estudio del sociólogo norteamericano Andrew Cherlin (2). En la misma línea, W. Bradford Wilcox –director del National Marriage Project y profesor de sociología en la Universidad de Virginia– ha mostrado que en Estados Unidos la tasa de divorcios entre los matrimonios con estudios superiores ha caído un 30% desde 1980, mientras que la de los matrimonios con estudios inferiores ha subido un 6% (3).
A partir de estos datos, Wilcox sostiene la tesis de que la progresiva desinstitucionalización del matrimonio –a través del debilitamiento jurídico y social del compromiso conyugal– ha abierto un nuevo frente en la brecha entre ricos y pobres: la desigualdad matrimonial.
Pero cuando Wilcox explica la evolución de la institución matrimonial no se detiene únicamente en los aspectos económicos. “Hoy día, el matrimonio se ha convertido en una institución mucho más selectiva”, afirma. “La gente con más formación, mejor posición económica o más religiosa es más propensa a casarse y a permanecer casada”, declara al Washington Post (18-05-2011).
De manera que ni la decisión de casarse ni las posibilidades de éxito o de fracaso en el matrimonio vendrían determinadas por factores económicos. Tras varias décadas de numerosas rupturas familiares, parece que va calando la idea de prepararse mejor para el matrimonio y adquirir una conciencia mayor del compromiso que supone.
Así, el informe de la Oficina del Censo muestra un ligero aumento del 1-2% entre los aniversarios celebrados en 2009 en comparación con los de 1996. El 83% de las parejas casadas en el momento de hacerse la encuesta de 2009 había celebrado su quinto aniversario; el 55% había estado casado por lo menos 15 años; el 35% brindó por sus 25 años y el 6% celebró una bodas de diamante en toda regla.
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Notas:
(1) Rose M. Kreider y Renee Ellis, “Number, Timing, and Duration of Marriages and Divorces: 2009”, Household Economics Studies, mayo 2011, págs. 70-125, United States Census Bureau.
(2) Andrew Cherlin, The Marriage-Go-Round: The State of Marriage and the Family in America Today, Random House, Nueva York, 2009.
(3) W. Bradford Wilcox, “The Evolution of Divorce”, National Affairs, núm. 1, otoño 2009, pp. 81-94.

FTE ACP

jueves, octubre 20, 2011

FAMILIAS ANTE LA CRISIS


La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha hecho precisamente esta afirmación:

        Una nota para los medios que acompañaba el informe, publicada el 27 de abril, señalaba que las familias son una fuente clave de respaldo económico y social para las personas, además de ser un instrumento crucial de solidaridad.

        “Las familias proporcionan identidad, amor, cuidado, alimento y desarrollo para sus miembros y forman el núcleo de muchas redes sociales”, afirmaba.

        El informe, titulado “Asegurar el Bienestar de las Familias”, reconocía también que la pobreza está aumentando en familias con hijos en casi todos los países miembros de la OCDE.

        Los padres se enfrentan, además, a problemas al tratar de combinar trabajo y compromisos familiares. El informe pedía a los gobiernos que adoptasen políticas de apoyo a las familias, dándoles asistencia y ayuda económica con iniciativas como el permiso para los padres y flexibilidad laboral.

        Según la OCDE el gasto público medio en prestaciones familiares asciende a poco más del 2,2% del PIB.

        Una de las áreas en la que más se podría hacer es en las ayudas a la natalidad. Muchas familias quieren tener más hijos, explicaba el informe, y en muchos países la gente no tiene tantos hijos como, según dicen, querrían.

        Según el informe, las tasas de natalidad de los países de la OCDE han caído de modo significativo desde donde estaban hace unas décadas, cuando el promedio era de 2,2 hijos por mujer, hasta los actuales 1,7 hijos por mujer.

        Los países con un nivel más alto de fertilidad dan un mayor apoyo tanto en forma de pagos en efectivo como en servicios a las familias con hijos pequeños. Las políticas que permiten a las madres un trabajo a tiempo parcial también ayudan a las familias a combinar el empleo y el cuidado de los hijos de modo más eficaz.

        Apoyar a las familias no es bueno sólo para los padres, apuntaba el informe. “El bienestar de los niños está íntimamente unido al bienestar de la familia. Cuando prosperan las familias, prosperan los niños”.

Estudio en el Reino Unido

        Los hallazgos de un estudio reciente en el Reino Unido apoyaban la importancia de la vida familiar. A finales de febrero se publicaban los resultados de una encuesta de 2009 realizada en 40.000 hogares por el Institute of Social and Economic Research de la Universidad de Essex.

        El estudio abarcaba una amplia gama de temas, pero uno de los capítulos se dedicaba a la familia. Entre los resultados estaban los siguientes puntos.

        -- Al tener en cuenta una serie de factores, se descubrió que las personas en parejas de hecho son significativamente menos felices en sus relaciones que las personas casadas.

        -- La satisfacción de los jóvenes con su situación familiar está claramente ligada a la calidad de las relaciones con sus padres. En las familias en las que la madre del niño no es feliz en su relación, sólo el 55% de los jóvenes afirman estar "completamente satisfechos" con su situación familiar - en comparación con el 73% de los jóvenes cuyas madres son "muy felices" en sus relaciones.

        -- Los niños de familias monoparentales son menos propensos a considerarse plenamente felices con su situación.

        -- No sorprende que el estudio descubriera que los niños que no discuten con ninguno de sus padres más de una vez a la semana tengan un nivel de felicidad mayor que aquellos que tienen frecuentes disputas. La encuesta también descubrió que la felicidad de los niños mejoraba cuando sometían a discusión temas importantes con sus padres con frecuencia.

        -- También es importante cenar juntos en familia. Los niños que no cenan con su familia al menos tres veces a la semana son más propensos a decir que son plenamente felices en su situación familiar que aquellos niños que no cenan nunca con su familia o lo hacen menos de tres veces a la semana.

Calidad

        Otro estudio reciente de Estados Unidos examinaba la influencia de la calidad de la relación de sus padres sobre los niños. La organización Child Tends publicó su estudio el 8 de abril.

        Con el título “Calidad de la Relación de los Padre y Resultados de los Niños según Subgrupos”, analiza las respuestas de más de 64.000 padres con hijos de entre 6 y 17 años.

        Mostraba que la calidad de la relación de los padres era “asociada de modo continuo y positivo con una serie de resultados del niño y de la familia”. Estos resultados incluyen problemas de comportamiento, rendimiento escolar y comunicación padres-hijos.

        El estudio señalaba también que las investigaciones de los últimos años sugieren que las relaciones de mayor calidad de los padres tienden a propiciar, en los hijos, actitudes más positivas hacia el matrimonio, que a su vez hacen más probable que haya relaciones y matrimonios de buena calidad.

        Comentando este estudio, Elizabeth Marquardt, directora de la página web FamilyScholars.org, y ella misma autora de un libro sobre cómo los hijos se ven afectados por el divorcio, lamentaba el hecho de que el estudio guarde silencio sobre hasta qué punto el estatus marital influía en los niños.

        En el comentario que hacía en su página web, explicaba que profundizar en las tablas y estadísticas del estudio sobre el tipo de relación familiar proporcionaba una clave fundamental a la hora de interpretar los resultados. Al desglosar el tipo de familia, la encuesta mostraba que los hijastros tenían el doble de probabilidades de tener problemas de comportamiento, si se los compara con los niños que viven con sus propios padres casados.

        Los problemas aumentan para aquellos niños que viven con parejas de hecho. Tenían casi tres veces más probabilidades de tener problemas.

        Estas diferencias tan importantes también están presentes en otros parámetros, como las relaciones sociales y el comportamiento escolar.

        Marquardt mencionaba también que los resultados del estudio mostraban que la calidad de la relación entre los adultos dependía de si estaban casados o no. La mayor estabilidad y durabilidad de una pareja casada son de gran ayuda para los hijos.

El matrimonio es bueno

        Aunque la noticia de que el matrimonio es bueno tanto para las parejas como para sus hijos no es nueva, sigue siendo confirmada por las investigaciones. A principios de año, el doctor John Gallacher y David Gallacher, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Cardiff, publicaban un artículo en BMJ Student.

        Según un reportaje en profundidad publicado el 28 de enero en el periódico Independent, analizaban la cuestión de si el matrimonio es bueno para la salud.

        “La conclusión es que, médicamente hablando, el grupo más longevo es el de los casados”, afirmaba el Dr. Gallacher.

        Su trabajo hacía referencia a un estudio que involucraba a millones de personas en siete países europeos. Mostraba que, de media, las tasas de mortalidad eran de un 10% a un 15% inferiores en las parejas casadas.Es decir, mientras más tiempo la pareja estaba casada, mayor la diferencia.

        Cuando se trata de los niños, Kay S. Hymowitz, en un artículo publicado por el Los Angeles Times el pasado 11 de noviembre, mantenía que las relaciones inestables son más perjudiciales para los niños que la pobreza.

        Se basaba en el material publicado en el número de otoño de la revista Future of Children. Los artículos de la revista eran la conclusión de un estudio sobre 5.000 niños nacidos en zonas y cuyos padres pertenecían en su mayoría a minorías.

        El estudio sobre Familias Frágiles y Bienestar Infantil ha seguido a estos niños que nacieron a finales de los noventa.

        Al nacer, la mitad de las parejas vivían juntas sin estar casadas, aunque declararon a los investigadores que había mucha probabilidad de que se casaran. Sin embargo, cinco años después sólo el 15% de estas parejas se había casado, y el 60% habían roto.

        Muchas de las familias rotas tenían problemas económicos y los hijos tenían poco contacto con su padre biológico.

        El estudio mostraba que los niños con madres solteras tenían más problemas de comportamiento que aquellos con dos padres y que estos problemas empeoraban con cada ruptura y nueva relación.

        ¿Responderán los gobiernos al llamamiento de la OCDE a aumentar su apoyo a las familias? El coste de no hacerlo es demasiado alto.

miércoles, mayo 11, 2011

TURISMO REPRODUCTIVO

En el plazo de unos pocos meses, dos órganos judiciales (uno español, y otro francés) han debido afrontar problemas derivados de lo que podríamos llamar el turismo reproductivo: parejas que acuden a California para recurrir a la maternidad subrogada, prohibida tanto en Francia como en España, y después piden que los hijos nacidos como consecuencia de ello sean inscritos en los Registros civiles español y francés como hijos propios. Los jueces rechazan tal pretensión, pero no sin incidencias, en el caso español. La idea es clara: nadie puede burlar la ley, aunque se vaya a California para hacerlo.

Veamos los casos con más detalle: tanto el Derecho español como el francés prohíben expresamente la maternidad por subrogación, es decir, el contrato por el que una persona, o más habitualmente una pareja, encarga a una mujer que lleve a término la gestación de un niño concebido mediante técnicas de reproducción asistida, para quedarse con él después del parto, de manera que figure legalmente como hijo de la persona o pareja que lo encargó, renunciando la madre portadora a la filiación materna que le corresponde.

A partir de ahí, los casos español y francés son similares, pero no idénticos: un matrimonio (entre dos varones en el caso español, entre varón y mujer en el caso francés), con la finalidad de eludir la prohibición legal, acuden a California, donde la maternidad subrogada está permitida; allí celebran un contrato de maternidad subrogada; una vez dados a luz los hijos (dos en cada uno de los casos), ambas parejas solicitan su inscripción en los Registros civiles consulares, que en los dos casos se les deniega.

Ilegalidad por vía administrativa

Desde este momento los casos se bifurcan: en España, la decisión es recurrida ante la Dirección General de los Registros y del Notariado (DGRN), que es el órgano administrativo del que depende el Registro civil, el cual admite el recurso, y acuerda la inscripción de los niños como hijos de la pareja que los encargó. Esta resolución es impugnada por el Ministerio Fiscal ante el Juzgado de Primera Instancia, y el Juez estima la impugnación, y acuerda dejar sin efecto la inscripción realizada.

En el caso francés, tras una historia procesal compleja, el Tribunal Supremo decide el 6 de abril de 2011 rechazar la pretensión del matrimonio que encargó la gestación de inscribir a los niños nacidos a consecuencia de ese contrato como hijos suyos.

Un último dato, referente a España: poco después de la sentencia del Juez de Primera Instancia (15 de septiembre de 2010), la DGRN dicta una Instrucción (5 de octubre de 2010), en la que por un lado establece una serie de requisitos formales que hacen más difícil la inscripción de los niños nacidos de esta forma como hijos de quienes encargaron su gestación, pero por otro lado, cumpliéndose tales requisitos, admite dicha inscripción, contra la clara prohibición legal, ahora avalada por la decisión judicial.

En ambos casos es la intervención de los Tribunales (del Poder Judicial) en aplicación de las leyes respectivas, la que impide que la maternidad subrogada californiana sea válida y eficaz, en contra de las prohibiciones legales existentes tanto en Francia como en España. Sin embargo, el caso suscita algunas reflexiones.

Un fraude de manual

Las argumentaciones tanto del Juzgado de Primera Instancia español, como del Tribunal Supremo francés, son en último término muy similares: no es posible acudir a un Derecho extranjero (en este caso al de California) para obtener lo que la ley nacional (francesa o española) prohíbe. Esta argucia legal recibe técnicamente el significativo nombre de “fraude de ley”. El caso de las parejas española y francesa, que acuden a California para conseguir ser legalmente padres a través de un sistema que los Derechos español y francés no admiten, y después pedir que la condición de padres legales que les atribuye la ley de California sea aceptada en Francia o España, es un ejemplo de manual de fraude de ley. Lo que han hecho, en sus respectivos niveles, el Juez español y el Tribunal Supremo francés es, simplemente, aplicar la ley: tanto la que prohíbe la maternidad subrogada, como la que impide el fraude de ley.

En el caso español, además, ha sido preciso revocar la decisión de un órgano no judicial, sino administrativo, cuya estrecha dependencia de instancias políticas (el Director General de los Registros y el Notariado es nombrado por el Gobierno), en casos como éste le ha ido haciendo perder el prestigio adquirido como órgano especializado durante decenios.

Respetar las reglas del juego

Ello permite reflexionar sobre nuestro sistema jurídico-político. Elaborar y aprobar las leyes corresponde al poder legislativo. En el caso español, la vigente Ley sobre Técnicas de Reproducción Humana Asistida, que contiene expresamente la prohibición de la maternidad subrogada, es de 2006. Es al legislador a quien toca decidir si se admite o no esta figura, y en 2006 decidió mantener la prohibición previamente existente. Al aplicador del Derecho (típicamente, el Juez, pero también al Gobierno: los poderes judicial y ejecutivo), le corresponde interpretar y aplicar las leyes, pero no corregirlas ni prescindir de ellas. Esas son las reglas del juego, que la decisión de la DGRN había decidido no atender.

Si lo que se quiere es admitir la maternidad subrogada, entonces lo que hay que hacer es cambiar la ley, con luz y taquígrafos: es decir, con trasparencia y debate, y no por la puerta de atrás de una Resolución administrativa.

Desde esta perspectiva, hay que congratularse de que los jueces hayan puesto las cosas en su sitio, tanto en España como en Francia. La coincidencia entre ambas decisiones judiciales demuestra que esta es la solución ajustada a Derecho. Y desde la misma perspectiva, no parece en absoluto razonable que la DGRN se empeñe en abrir la puerta a la filiación derivada de la maternidad subrogada procedente del extranjero, aunque sea poniendo algunas cortapisas administrativas, cuando la ley española claramente la prohíbe. En este caso es un órgano administrativo, dependiente del Gobierno, el que parece decidido a obviar la ley para obtener un resultado que la ley ha querido expresamente excluir. Extraña (o quizá no tanto) el empecinamiento de la DGRN en admitir el fraude de ley, y potenciar así el lucrativo turismo reproductivo californiano.


jueves, abril 28, 2011

FAMILIA Y TRABAJO

La conciliación de familia y trabajo, en la práctica

Firmado por Rafael Serrano
Fecha: 9 Marzo 2011

La conciliación entre trabajo y vida familiar es una necesidad en boca de todos, un problema acuciante de muchas familias y un objetivo declarado de la política social. Pero ¿qué se está haciendo en la práctica para facilitarla? Las profesoras Nuria Chinchilla (IESE Business School) y Consuelo León (Universitat Internacional de Catalunya) lo explican en un libro recién publicado sobre el caso de España (1).

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Las leyes son importantes, porque fijan mínimos y definen el marco. Pero, como observan las autoras, en último término la conciliación depende de lo que haga cada empresa y también cada empleado. Su estudio, llamado IFREI (IESE Family Responsible Employer Index: cfr. Aceprensa, 2-02-2005 y 7-12-2005), dirigido por la Prof. Chinchilla, está basado en una encuesta a unas cinco mil empresas prolongada durante diez años (1999-2008). Así se ha podido estimar la extensión de medidas de conciliación, hacer una tipología de ellas e identificar las más efectivas.

Primero, el libro presenta el contexto general, europeo y español. Señala que al principio las políticas de conciliación estaban pensadas solo para mujeres, pero hoy se presta cada vez más atención al caso masculino.

Sin embargo, el recurso a tales medidas sigue siendo de hecho predominantemente femenino, con gran diferencia. Además de la protección específica a la maternidad, las soluciones para facilitar la atención de la familia –hijos, ascendientes mayores, parientes enfermos– y el hogar son mucho menos usadas por los hombres. Opciones como la reducción de jornada o la excedencia mientras los hijos son pequeños son tomadas casi siempre por mujeres, y aunque en gran medida, indican las autoras, responden a preferencias personales de las mismas interesadas, se traducen para ellas en menos posibilidades de ascenso, salario inferior, menores pensiones.

En gran parte, las desventajas laborales de las mujeres no se deben al sexo sino a la maternidad. Ocurre en muchos países lo que se ha vuelto a comprobar en Estados Unidos: las mujeres ganan por término medio el 80% de la media masculina en empleos de dedicación completa; pero si se comparan las jóvenes graduadas universitarias solteras con los hombres de igual condición, la diferencia desaparece.

Flexibilidad en el tiempo y en el espacio

La mayoría de las medidas de conciliación son aplicables a los dos sexos, y por tanto pueden, si se extienden, contribuir a eliminar el handicap materno. Así ocurre con las fórmulas de flexibilidad en el tiempo de trabajo, la primera categoría en la tipología de Chinchilla y León.

La elasticidad en la hora de entrar y salir es la práctica más difundida: la tienen el 94% de las empresas encuestadas (al principio del estudio, 1999, la proporción era del 62%). También es frecuente (más del 80%) la posibilidad de acogerse a jornada reducida, con reducción también de sueldo. En cambio, es mucho menos común (48%) la semana comprimida, con más horas unos días para tener libre media jornada o una entera.

El segundo tipo de medidas es la flexibilidad en la trayectoria profesional. Aquí se incluyen las ampliaciones voluntarias del permiso de maternidad y el de paternidad, incluso parcialmente retribuidas. A mediados de esta década llegaron a estar en el 40-50% de las empresas encuestadas; pero ahora han quedado por debajo del 30%. La excedencia sin sueldo para cuidar de los hijos –o de otro familiar– tiene una cota mucho más alta, del 70%. Algunas empresas citadas en el libro añaden ayudas como planes de formación durante la excedencia, para que el empleado se mantenga al día, o una reincorporación gradual al término del periodo.

Entre las medidas de flexibilidad “espacial”, el estudio considera las videoconferencias, que ahorran viajes, y el teletrabajo. Este último no es posible para todas las funciones, y la experiencia muestra que tiene sus inconvenientes, como la falta de contacto con los colegas o la incomodidad si en casa no hay buenas condiciones materiales para trabajar. Donde se admite esta opción –ya más de la mitad de las empresas estudiadas– suele haber fórmulas mixtas. Por ejemplo, en Alcatel el 40% de la plantilla teletrabaja, pero se exige acudir a la oficina al menos dos veces por semana. Muchos empleados de Unisys empiezan la jornada laboral en casa, con tareas –como atender el correo electrónico– que se pueden hacer en cualquier parte, y van a la oficina a media mañana, cuando ha pasado el atasco de la hora punta.

Otras prácticas de conciliación son los servicios de apoyo a los empleados. En algunos casos consisten en dar información. En otros, la empresa se implica directamente, facilitando guardería en el centro de trabajo o subvencionando guardería fuera. Lo primero es complicado: requiere reservar espacio, la demanda es insegura –no se puede prever la natalidad de la plantilla–, hace incurrir en responsabilidad civil en caso de accidente. Es más factible en grandes centros de trabajo, como la sede central del Banco Santander, una especie de ciudad donde trabajan ocho mil personas y hay guardería con 400 plazas. Pero en opinión de muchos directivos, la función de la empresa no es asumir ese servicio, sino pagar más y dar facilidades para que cada empleado lo contrate como quiera.

El estudio revela un dato importante. Las prácticas de conciliación se han extendido a empresas de diversos tamaños. En las pequeñas y medianas hay gran facilidad para el horario flexible, quizá porque la negociación entre empleado y empresario es directa. Pero las demás están implantadas en proporción directa a dos factores: el tamaño de la empresa y el porcentaje de mujeres en la plantilla. Es un indicio más de que estas políticas aún son, de hecho, cuestión sobre todo femenina.

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Notas

(1) Nuria Chinchilla Albiol y Consuelo León Llorente. Diez años de conciliación en España. Grupo 5. Madrid (2011). 162 págs. 14.95 .

martes, abril 05, 2011

EL ESTADO CONTRA LA FAMILIA CRISTIANA

Si la moral cristiana es perjudicial para los niños e inaceptable para el Estado, ¿cuánto tiempo pasará hasta que a los cristianos nos quiten a nuestros hijos biológicos?

El 28 de febrero, dos jueces de la High Court de Londres resolvieron que una pareja de esposos cristianos no puede obtener la tenencia de niños, porque juzgan inaceptable el estilo de vida homosexual. Eunice y Owen Johns, de 62 y 65 años de edad respectivamente, son cristianos pentecostales de la ciudad de Derby y, en el pasado, han educado a 15 niños como padres sustitutos. El matrimonio, además, tiene 4 hijos biológicos y seis nietos.

En el 2008, la municipalidad de Derby les negó la tenencia de otro niño, porque los asistentes sociales determinaron que su actitud sobre la homosexualidad entraba en conflicto con la Equality Act (Sexual Orientation Regulations, SOR’s) de 2007 y porque los Johns insisten en llevar a la iglesia los domingos a los niños a su cargo.

La moral cristiana infecta

En 2010, ambas partes, los Johns y el municipio, pidieron a la Corte que se pronuncie sobre el caso. Durante el juicio, la Equalities and Human Rights Commission sostuvo que los niños podrían ser "infectados" por las convicciones morales cristianas de Eunice y Owen Johns.

Así, el 28 de febrero pasado, los dos jueces de la High Court dictaminaron en contra de la tenencia de niños por parte de los Johns porque sus puntos de vista sobre la sexualidad podían ser perjudiciales para los niños, y que además, esto no significaba ninguna discriminación hacia el matrimonio. Los jueces reconocieron “que existe una tensión entre las disposiciones sobre igualdad en materia de discriminación religiosa y las relativas a la orientación sexual. Sin embargo, las disposiciones relativas a la igualdad sobre la orientación sexual deben tener prioridad (…) y que las autoridades locales pueden exigir una actitud positiva hacia la homosexualidad.

Es de notar que uno de los dos jueces es Sir James Munby, miembro de la High Court, presidente de la Law Commission for England and Wales, y el juez con más jerarquía en temas de familia.

Un día triste para el cristianismo

La señora Johns declaró después de la sentencia: "Este es un día triste para el cristianismo. Los jueces han sugerido que nuestros puntos de vista podrían perjudicar a los niños. No creemos que esto sea así. Estamos dispuestos a amar y aceptar a cualquier niño. A lo que no estamos dispuestos es decirle a un niño pequeño que la práctica de la homosexualidad es una cosa buena."

Los Johns encontraron apoyo en un sector de la iglesia anglicana. Lord Carey de Clifton, ex arzobispo de Canterbury, afirmó en una carta abierta, que los derechos de los homosexuales estaban tomando precedencia sobre los derechos de los demás ciudadanos.

Si la moral cristiana es perjudicial para los niños e inaceptable para el Estado, ¿cuánto tiempo pasará hasta que a los cristianos nos quiten a nuestros hijos biológicos?, comenta sobre este caso un comunicado del Christian Legal Center.

Como consecuencia de la Equality Act (Sexual Orientation Regulations) promulgada en 2007, se forzó a las agencias de adopción católicas a cerrar, ya que era impensable que éstas entregaran niños en adopción a parejas homosexuales. Catholic Care, la última agencia en cerrar, terminó de hacerlo en agosto de 2010. FIN, 02-03-11

Vid:

-Christian beliefs DO lose out to gay rights: Judges' ruling against devout foster couple

-There is no place in British law for Christian beliefs

-Breaking News: High Court Judgment suggests Christian beliefs harmful to children. Fostering by Christians now in doubt.

-Las creencias religiosas pueden ser dañinas para gays y lesbianas

Pueden consultarse

-REINO UNIDO: Caza de brujas del lobby homosexual (NG 1088)

-USA-REINO UNIDO: LA INQUISICIÓN GAY (XXI) (NG 1047)

-REINO UNIDO-USA: La identidad católica (VI) (NG 994)

-REINO UNIDO: Tony Blair ataca a la Iglesia y al Papa (II) (NG 968)

-REINO UNIDO-USA: La inquisición gay (XII) (NG 853)

-REINO UNIDO: La inquisición gay (XI) (NG 847)

viernes, marzo 18, 2011

LA PAREJA, UNAS REFLEXIONES

Antoni Pedragosa
Corregirse desde el amor recíproco nos educa a vernos humildemente, como nos ve el otro

Hablar de la pareja siempre es un tema que resulta particularmente interesante. Es como una radiografía donde se ven los atractivos y las dificultades de la convivencia. El punto de partida de la pareja se produce a partir de un estado psicológico especial que llamamos "enamoramiento". En este estado, cada uno proyecta su ideal de pareja en el otro. Esto no permite ver con lucidez suficiente la realidad de este otro, tal como es. En esta situación los enamorados viven una inconsciente dosis de engaño. Todo lo ven de color de rosa y en la vida hay muchos más colores que ése.

Pero en todo caso, el enamoramiento da el primer impulso para empezar a construir un proyecto de vida en común. En este proceso es importante tener claro que el amor no es la fusión de dos personas como si fueran una sola. La relación no supera la diferencia entre el hombre y la mujer. Por mucho que se vayan conociendo seguirán teniendo opiniones, gustos, impulsos diferentes. Pero hemos de tener claro que eso no es ningún inconveniente, al contrario. En realidad, es posible construir un proyecto en común que aproveche estas diferencias irreductibles, como posibilidad de descentrarse de los deseos propios, para ir comprendiendo los sentimientos y los deseos del otro.

Aquí es donde se perfila la diferencia substancial que hay entre el enamoramiento y el amor al otro. Mientras que el enamoramiento nos auto gratifica, el amar al otro lo que intenta es gratificar a la persona amada, respetarla, ayudarla, escucharla, aceptarla tal como es; sin juzgarla, tratando de comprenderla. Eso es un proceso que exige diálogo, siempre desde la igualdad más absoluta, sin que nadie quiera imponerse o dominar a nadie. Desde este marco, se puede ir asumiendo la posibilidad de un compromiso más o menos estable. Aún así, esto no garantiza nada. La vida de pareja no se arregla de un día para siempre, sino que se ha de trabajar en el día a día. Es una forma de vida que requiere esfuerzo y exigencia, pero si se hace desde la generosidad y la gratuidad, nos hace descubrir paisajes interiores magníficos, imposibles de imaginar sin el firme compromiso de hacer feliz al otro. La vida de pareja exige confianza plena. Eso no quiere decir estar de acuerdo en todo, sino que las discrepancias o los deseos que no coinciden no han de ser motivo de enfrentamiento. Al contrario, han de ser oportunidad para un diálogo profundo, motivo de intercambio de los sentimientos más íntimos, motivo de puesta en común de los deseos de cada uno.

En este ámbito, la pareja como tal va madurando y está en condiciones de dar tres pasos más. El primero, el reconocimiento y aceptación de las propias limitaciones; el segundo, respetar unos ciertos espacios de independencia y de soledad, no sólo para cultivar la propia interioridad, sino para rehacerse del esfuerzo que implica una convivencia generosa; y el tercero sería aquel punto que pone a prueba nuestra madurez humana: decirse mutuamente aquello que no va bien, aquello que podría mejorar. Si no estamos preparados para oír nuestros defectos, mejor no hacerlo porque suele acabar con intercambio de reproches. Corregirse desde el amor recíproco nos educa a vernos humildemente, como nos ve el otro. Éste es un momento sagrado que pone a prueba nuestra capacidad de convivencia.

domingo, marzo 06, 2011

PERSONAS CONCEBIDAS FIVE

Firmado por Michael Cook

Antes o después, tenía que ocurrir. En Estados Unidos ha surgido un foro donde las personas concebidas mediante técnicas de reproducción asistida –sobre todo, a través de donantes de esperma o de óvulos– puedan decir lo que piensan sobre esta aventura tecnológica. Ya había muchas webs donde las madres que recurren a la fecundación in vitro (FIV) podían compartir sus emociones, pero hasta ahora las de los concebidos por donación importaban más bien poco.

Alana S., de 24 años, es una escritora y música de San Francisco. Nacida de un donante anónimo de esperma, acaba de lanzar The Anonymous Us Project. Se trata de una página web (AnonymousUs.org) en la que invita a padres e hijos a contar sus historias, ya sean positivas o negativas.

“Me hace sentirme extraña pensar que mis genes son la suma de los de dos personas que nunca se quisieron y ni siquiera se conocen”

Alana calcula que sólo en Estados Unidos nacen cada año entre 30.000 y 60.000 hijos de donantes de esperma. Mientras que la industria de la reproducción asistida se embolsa anualmente 3.300 millones de dólares, poco se sabe acerca de las experiencias de esos niños y en qué tipo de adultos se convierten. El dolor y el resentimiento desvelado en algunas de estas historias provocan desconcierto.

En Estados Unidos, la industria de la FIV ha hecho lo imposible por evitar que los donantes dejen de ser anónimos, pues es sabido que entonces se produciría una estampida de donantes de la noche a la mañana. Resulta difícil imaginarse a un estudiante universitario que veinte años después esté deseando que le llame por teléfono un hombre o una mujer que asegura ser su hijo.

En Gran Bretaña, se suprimió el anonimato de los donantes en 2005, permitiendo así que –una vez cumplidos los 18 años– los nacidos de donantes puedan ponerse en contacto con sus padres biológicos. Como consecuencia de ello, ahora muchas clínicas de FIV británicas se quejan de que ya no tienen suficientes donantes de esperma para sus clientes.

Por eso están presionando para que vuelva el anonimato e incluso que las donaciones de óvulos y esperma sean retribuidas como en cualquier mercado sujeto a la ley de la oferta y la demanda. Los nacidos de esas “donaciones” pueden estar tranquilos, pues –según argumentan las clínicas– la mayoría de los padres de los hijos concebidos con donantes nunca les cuentan la verdad sobre sus orígenes.

Recientemente varias películas han abordado este tema. Ahí están The Switch (Un pequeño cambio), protagonizada por Jennifer Aniston, o The Back-Up Plan (El plan B), con Jennifer López; ambas películas se toman a broma la donación de esperma. Otras, como Los chicos están bien –el caso de una pareja de lesbianas que tienen dos hijos por inseminación artificial–, lo hacen con un poco más de seriedad. Pero todas pasan de puntillas sobre el dolor que provoca el hecho de descubrir que tus padres no son en realidad tus padres.

“No todos los hijos nacidos así estamos bien”, dice Alana S. “Muchos de nosotros queremos hablar sobre nuestro dolor, pero no deseamos exhibirnos ante las cámaras ni pretendemos herir a nuestros padres”.

Alana constata que muchos adultos concebidos por donación quieren mejorar las prácticas y las políticas que rodean a la FIV, pero temen salir a la luz o crear conflictos de lealtad a sus familias. Es de esperar que AnonymousUs se convierta en “una herramienta para que padres y políticos se replanteen sus decisiones y dejen de inclinarse de forma sesgada por las demandas de las clínicas y de los vendedores”.

Testimonios inquietantes

Aunque la web lleva poco tiempo en la red, ya recoge un buen número de historias que dan que pensar. Ahí van unos extractos de algunos posts recientes:

–Una mujer joven explica que conocer tus orígenes genéticos es una parte inevitable de tu vida:

“Me invitaron a ver la película de Jennifer Aniston. El pasado fin de semana, un amigo mío que no sabía nada acerca de mi situación, empezó a hablar sobre la donación de óvulos y esperma. Es un tema de actualidad y la gente tiene sus opiniones. A muchos les encanta también preguntar sobre tu ascendencia. Nunca es divertido tener que mentir. Y peor aún si te pillan en una mentira. Es imposible escapar. Siempre hay gente dispuesta a recordártelo.”

–Otra mujer joven se siente molesta al saber que no fue concebida como fruto de un acto de amor, sino fabricada como un producto:

“Soy un ser humano. Sin embargo, fui concebida con una técnica que al principio se usó para la cría de animales. Peor aún: los granjeros conservaban mejor los expedientes genealógicos de su ganado que las clínicas de reproducción asistida. También me hace sentirme extraña pensar que mis genes son la suma de los de dos personas que nunca se quisieron, nunca bailaron juntas, y ni siquiera se conocen.”

–Una mujer descubrió a los 13 años que fue concebida por donantes. Y para sorpresa de su madre, eso le provocó angustia:

“El deseo de conocer a mi padre biológico no ha disminuido con los años. [Aunque no le conozco] lo cierto es que no me cae especialmente bien desde que aceptó hacer de padre a cambio de dinero y prometió no investigar qué sería de mí, y aceptó ese acuerdo como un buen trato... No quiero su cariño ni deseo llamarle ‘papá’; yo ya tengo un padre. Tampoco quiero aparecer en su tarjetón de Navidad ni deseo robarle su valioso tiempo. Sólo quiero saber quién es.

–Ni los padres pueden imaginar cuánto puede doler todo esto, dice otra mujer:

“Ahora tengo 19 años, y todavía sigo pendiente de registrarme en Donorlink UK. Todavía me duele hasta hoy, no tanto como antes, pero sigue doliendo. A veces tengo ganas de llorar y de gritar a los padres que se están planteando concebir a través de la donación... ¡Decídselo a vuestros hijos desde pequeños, contestad a todas sus preguntas, contádselo! Si mis padres vieran esta web, a lo mejor entenderían cómo me siento. Pero tengo que tener mucho cuidado para no disgustar a nadie... ¡cuando la enfadada soy yo!”

No todas las historias son negativas. Los padres de los concebidos por donación parecen encantados de haber tenido una oportunidad de criar a un hijo que les quiere. Pero hacer felices a papá y a mamá ¿es suficiente para justificar el hecho de fabricar a un niño?

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Michael Cook es editor de MercatorNet.com, donde se publicó originalmente este artículo.

ESCUELA DIFERENCIADA

Firmado por Fernando Rodríguez-Borlado
Con el telón de fondo de la llamada crisis de los chicos en la escuela, resulta lógico que se discutan los modelos educativos que pretenden aportar una solución, entre ellos la educación diferenciada. Pero este debate se encuentra plagado de prejuicios, y cada cual sostiene que la suya es la posición no estereotipada.

Los defensores de la enseñanza diferenciada creen que sus detractores viven en el falso mito de la supuesta “segregación sexual” y del “machismo colectivo”, mientras que desde el otro lado se acusa a los promotores de la diferenciada de perpetuar “los roles sexuales tradicionales”. No obstante existe una diferencia importante: los favorables a la escuela diferenciada la creen absolutamente compatible con la mixta, cosa que no ocurre con sus detractores.

Michael Kimmel es un sociólogo norteamericano especializado en asuntos de género. En concreto sus estudios se han centrado en la crítica de “la vieja masculinidad”. El gobierno de Suecia, después de los últimos resultados sobre educación, le encargó un informe sobre las causas del menor rendimiento de los chicos.

Los defensores de la enseñanza diferenciada no pretenden que su modelo sea el mejor para todos, algo que sí aseguran quienes solo admiten la coeducación

En la última edición del informe PISA, los alumnos suecos obtuvieron una puntuación superior a la de la media europea en las tres partes de la prueba: lectura, matemáticas y ciencias. Sin embargo, también superaban la media en cuanto a la diferencia de resultados entre chicos y chicas; sobre todo en la lectura, a favor de ellas.

La conclusión del informe de Kimmel –Boys and School: A Background Paper on the “Boy Crisis”– es que la causa de fondo del fracaso masculino no es más que la pervivencia de los tradicionales roles asignados a los sexos. Pervivencia que se encargan de asegurar quienes subrayan las diferencias innatas entre chicos y chicas: es decir, en el mundo de la educación, los defensores de la enseñanza diferenciada.

¿Respuesta o propuesta?

Después de analizar la magnitud del desequilibrio entre chicos y chicas, Kimmel se cuestiona si las escuelas diferenciadas o single sex son la solución al problema. Parece reconocer al principio que, según algunas investigaciones, el rendimiento de las chicas mejora en escuelas diferenciadas. También, aunque está menos demostrado, el de los chicos. Sin embargo, para el autor estas mejoras no se deben a la separación de sexos, sino a factores colaterales e inseparables como el nivel económico y cultural de las familias o la organización de la escuela, por lo general privada.

Sin embargo, precisamente uno de los objetivos de los promotores de la escuela diferenciada –Kimmel cita por ejemplo a Leonard Sax, presidente de la Asociación Nacional para la enseñanza pública diferenciada en Estados Unidos– es que estén al alcance de todos y que también las escuelas públicas puedan serlo si los padres quieren.

En las explicaciones se advierte el temor a reconocer cualquier diferencia inherente a las psicologías de los chicos y de las chicas

El mismo título del epígrafe –”Are single sex schools the answer?”– denota cierta ignorancia de los argumentos esgrimidos habitualmente por los “sex separators”, como los llama Kimmel. La escuela diferenciada no se presenta como la respuesta, sino como una propuesta. No abogan por la desaparición de la escuela mixta, sino por legitimar otro modelo que –según el tipo de alumno y de su contexto– produce resultados realmente positivos, como de hecho reconoce Kimmel al comienzo del ensayo.

Sin embargo, el mismo autor no parece dispuesto a discutir esos argumentos. Prefiere tratar de deslegitimar históricamente el modelo single sex. De acuerdo con su interpretación, a principios del siglo XX una serie de intelectuales habrían caído en la cuenta de una peligrosa “feminización” de los chicos causada por la sobreprotección de las madres, la ausencia de la figura paterna –padres absorbidos por el trabajo– y un entorno escolar casi completamente copado por profesoras. Para contrarrestarlo, había que reforzar la masculinidad de los alumnos, incentivando sus aspectos más propios: bravuconería, competitividad, rudeza, etc.

Pero, si en algún momento estas fueron las ideas de los ideólogos de la educación diferenciada, desde luego no es el caso del movimiento actual.

Los chicos siempre serán chicos

Para Kimmel, los defensores de la escuela diferenciada se equivocan porque suponen que “los chicos siempre serán chicos”, lo que probablemente sea cierto, pero no en el sentido en que él lo plantea.

Como ejemplo de ese discurso supuestamente tópico y degradante, el autor recoge un texto de Leonard Sax, donde se describe el ambiente ideal en el que las chicas sacan un máximo partido a su aprendizaje, porque se sienten más a gusto. En él se dice de ellas que “tienden a ver al profesor como un aliado”, que una clase de chicas –que se lleven razonablemente bien– “es un lugar seguro, confortable y receptivo”. Añade que ellas tienen más facilidad para discutir un problema dentro de un modelo de aprendizaje cooperativo.

Pues bien, este texto supone una grave ofensa a los ojos de Kimmel. Y, según nos cuenta, cuando leyó el texto a sus alumnas, ellas también se sintieron agraviadas por este “insultante y condescendiente mensaje”. ¿Será que las alumnas de Kimmel no le ven como un aliado, y que su clase es un reñidero? Cabe preguntarse si de cualquier otro colectivo (los rubios, los altos, los zurdos…) se afirmara que tienen más facilidad para el trabajo cooperativo, ¿se sentirían agraviados?; o ¿qué pasaría si las cualidades atribuidas a las chicas fueran negativas?

Diferencias inter sexos e intra sexos

Según Kimmel, este tipo de discurso alimenta el falso tópico de que las chicas necesitan “algo distinto”, como si se les estuviera diciendo que no pueden competir con los chicos “en la misma arena”, es decir en la educación mixta.

Sin embargo, ese no parece ser el problema: las chicas han demostrado que en esa arena se mueven tan bien o mejor que sus compañeros. Además, los defensores de la diferenciada no pretenden que su modelo sea el mejor para todas las chicas o para todos los chicos, algo que sí pretenden quienes solo admiten la coeducación. Una pretensión que resulta contradictoria con su postulado de que las diferencias entre los chicos o entre las chicas –diferencias intra sexos, por así decirlo– son mucho más significativas que las diferencias inter sexos. Si entre los chicos y entre las chicas existe tanta diversidad, ¿no entra dentro de lo posible que a algunos les pueda beneficiar la educación diferenciada, o en eso resultan completamente homogéneos?

Lo que en realidad parece molestar a Kimmel y a otros “deconstructores de los roles tradicionales” es la mera aceptación de la feminidad o de la masculinidad como algo con características peculiares. Que alguien afirme que los chicos siempre serán chicos y que las chicas siempre serán chicas supone para el autor aceptar la derrota, porque “cuando lo dicen –los promotores de la diferenciada– quieren decir que los chicos están biológicamente programados para ser animales salvajes, depredadores”.

Pero, ¿pondrían tanto empeño los defensores de la diferenciada en educar a los chicos si realmente aceptaran que, hagan lo que hagan, sus alumnos se van a convertir en “animales salvajes”?

También hay chicos poetas

Otra objeción que se suele poner a la educación diferenciada es la de los elementos discordantes con el patrón de sexo: ¿qué hacer con un chico al que le guste la poesía o el arte y no encuentre alrededor más que compañeros primarios y bulliciosos?

Kimmel da a entender con estas preguntas que para que esas aficiones prosperen es necesario o muy conveniente el contacto en las aulas con las chicas. Es decir, que los chicos por sí solos no son capaces de desarrollarlas. Aparte de que esto contradice la historia de la literatura, llena de genios educados sin la convivencia con los del otro sexo en el ámbito escolar, resulta curioso que en este caso adjudicar a un sexo una desventaja no se considere un “estereotipo tradicional”, sobre todo cuando el autor se había sentido tan ofendido por una supuesta incapacidad de las chicas de “luchar en la misma arena” que los chicos.

Los que se oponen a la escuela diferenciada argumentan que la solución solo pasa por el contacto entre chicos y chicas, que acabará por derrumbar los prejuicios sobre cómo tiene que comportarse el hombre. El viejo modelo debe dar paso a una masculinidad “basada en una pasión por la justicia, un amor por la igualdad y la expresión de una paleta más rica de sentimientos”. Pero, ¿cuál de estas no debe ser asimismo una característica de cualquier personalidad femenina? En este planteamiento subyace una idea cercana al feminismo radical: ser una persona cabal está reñido de alguna manera con vivir una masculinidad igualmente cabal.

Al final da la impresión de que Kimmel ha escrito un informe para desarrollar sus propias ideas sobre la supuesta “nueva masculinidad” y no para estudiar las razones de la diferencia de resultados académicos entre chicos y chicas.

Los defensores de la escuela concertada no creen que haya que aislar a los chicos de las chicas. Pero sostienen que ese necesario contacto puede generar en algunos casos los efectos contrarios a los deseados, no solo académicos, si mayoritariamente se produce en un ámbito –el escolar– en el que a ciertas edades, por una conjunción de factores, ellos se van a sentir habitualmente como los perdedores. Para elevar eficazmente su autoestima, piensan, el reconocimiento y la valoración de su masculinidad no supone un obstáculo sino una ayuda.