miércoles, abril 15, 2009

REDES SOCIALES Y VIDEOJUEGOS

Abusar de redes sociales como Twitter o Facebook puede afectar al correcto desarrollo de las emociones humanas, como la compasión o la admiración, según revela un estudio llevado a cabo por investigadores del Instituto del Cerebro y la Creatividad de la Universidad del Sur de California (USC) publicado en la edición digital de la revista Proceedings of the National Academy of Science (PNAS).
Como explicó la Dra. Mary Helen Immodirno-Yang, investigadora del estudio, “necesitamos un poco de tiempo y reflexión para procesar algunos tipos de pensamientos, especialmente la toma de decisiones morales respecto a situaciones físicas o psicológicas de otras personas”. Así, el trabajo destaca el coste emocional que podría acarrear una sobreexposición al rápido intercambio de mensajes y noticias obtenidos a través de las redes sociales, feeds e, incluso, la televisión.
Y el resultado, advierte la Dra. Immodirno-Yang, sería que “los usuarios podrían desarrollar indiferencia ante el sufrimiento humano”, destacando los “efectos dañinos” de estas actividades en el desarrollo cerebral de los más jóvenes, principales visitantes de estos sitios web.
TV y videojuegos, ¿aún más nocivos?
Los seres humanos pueden gestionar la información rápidamente y responder en cuestión de segundos al dolor físico experimentado por sus semejantes. Sin embargo, a la hora de hacer frente a las llamadas emociones sociales, como la compasión o la admiración, el proceso lleva mucho más tiempo, según los descubrimientos realizados por los investigadores de la USC, liderados por el Dr. Antonio Damasio.
Los científicos utilizaron complejas historias reales para inducir a trece voluntarios sentimientos de admiración ante virtudes y habilidades, así como compasión ante el dolor físico o social. Los escáneres cerebrales mostraron que los voluntarios necesitaban entre seis y ocho segundos para responder a las historias sobre virtud o sufrimiento social, una velocidad de reacción que resultó demasiado lenta en comparación con la registrada para las respuestas al dolor físico.
En consecuencia, los autores concluyen que la vida real es el lugar idóneo para que los humanos encuentren oportunidades de sentir compasión o admiración, a diferencia de las rápidas herramientas ofrecidas por los medios digitales, que “pueden alejar de su propia humanidad a los usuarios demasiado activos”.
Aun así, la Dra. Immodirno-Yang no responsabiliza del problema a Internet, pues “no se trata de las herramientas de las que disponemos, sino del uso que les damos”. Es más; el investigador de la cátedra Annenberg de Comunicación, Tecnología y Sociedad de la USC, Dr. Manuel Castells, minimiza el impacto de las redes sociales, ya que pueden contribuir a la reflexión emocional “más que la televisión y los videojuegos”.

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