miércoles, octubre 22, 2014

FAMILIA VS IDEOLOGIA GENERO

Género: destrucción de la familia rumbo a la utopía comunista

Acción Familia
Su arma principal será la lingüística (la gramática normativa) que penetre en el lenguaje coloquial, alterando el sentido de las palabras y sus connotaciones emocionales, hasta crear en quien habla una nueva actitud espiritual. Si se cambian los valores, se modifica el pensamiento y nace así una cultura distinta.
Cómo no representarse inmediatamente los términos “interrupción del embarazo”, “salud sexual y reproductiva”, “anticoncepción de emergencia”, “preembrión”; así como los cambios aparentemente inocuos de la palabra “amante” o “concubina/o” por la palabra “compañero” o “pareja” y muchos más [...] Se proponen desconstruir el lenguaje, las relaciones familiares, la reproducción, la sexualidad, la educación, la religión, la cultura, entre otras cosas.
La perversa ideología de género encuentra en la destrucción de la familia un paso necesario para lograr su meta revolucionaria: la utópica sociedad comunista.
Muchos identificaron la caída del marxismo con la caída del Muro de Berlín; pero China sigue bajo un régimen marxista y en Cuba no se ha visto aún “La Hora Final de Castro. Con la caída del Muro de Berlín, lo único que cayó fue la Unión Soviética; pero el marxismo, como materialismo histórico ateo que es, sigue gozando de muy buena salud. Porque si bien el marxismo como régimen de gobierno totalitario y como modelo económico se hizo pedazos en la vieja URSS, nadie puede negar que vestido de hedonismo, renace en una cultura, sino dominante, al menos influyente en muchos ambientes.
Es imponente el paralelismo encontrado entre la descripción del marxismo de Gramsci realizada por el Dr. Rafael Gambra en su libro Historia Sencilla de la Filosofía (Editorial RIALP, pág. 213, 21ª edición) y un documento publicado por la Conferencia Episcopal Peruana (CEP) titulado “Perspectiva de género: sus peligros y alcances”.
“Las últimas décadas han conocido (…) una evolución importante en la ideología (y la praxis) del marxismo. Se trata de la obra que el marxista Antonio Gramsci (1891-1937) escribió durante sus últimos años en las cárceles de la Italia fascista. En ella se da una moderación de las tesis rigurosas del materialismo histórico con fines más bien tácticos. Para Gramsci las ideas y creencias no son simple emanación pasajera de la economía, sino que poseen una realidad que constituye la cultura en que cada hombre y cada pueblo vive inmerso.
La idea propulsora del pensamiento gramsciano es que la Revolución nunca se realizará verdaderamente mientras no se produzca, de un modo en cierto modo orgánico y dialéctico, dentro de lo que Gramsci llama una cultura. Esta es la que habrá que desmontar y sustituir al propio tiempo que se utiliza.”Quienes luchan por la vida y la familia, conocen los peligros de la perspectiva de género, y saben a que se refiere Gramsci cuando habla de “desmontar y sustituir una cultura al mismo tiempo que se utiliza”: en efecto, los promotores del género, proponen “desconstruir la famila ‒y por extensión la sociedad”, para luego rearmar la sociedad con parámetros marxistas. De acuerdo el folleto de la C.E.P., “para las ‘feministas de género’, éste ‘implica clase’, y la clase presupone desigualdad. Luchar más bien por desconstruir el género ‒los roles socialmente construidos‒ llevará mucho más rápidamente a la meta”. Esta meta consiste en “llegar a una sociedad sin clases de sexo”. Meta que coincide, obviamente, con los fines de la revolución marxista.
Lo increíble del caso, es que todo esto lo hacen con la complicidad de algunos sectores más bien “conservadores” o considerados “de derecha” por algunos. El concepto desconstrucción es considerado por los activistas de género, como “la tarea de denunciar las ideas y el lenguaje hegemónico (es decir aceptados universalmente como naturales), con el fin de persuadir a la gente para que crea que sus percepciones de la realidad son construcciones sociales.”
En el análisis que Gambra realiza sobre la obra de Gramsci y su marxismo cultural, señala que una revolución violenta siempre será efímera. Esto se debe a que el hombre vive dentro de una cultura, que “es un entramado de convicciones, sentimientos, emociones e ideas”[1].
“No hay un sólo defensor o defensora del género que no pase por pacifista, por víctima o por defensor/a de todas las víctimas de ataques y discriminaciones que impone la injusta sociedad en la que viven. La agenda de lucha, pasa por no violenta, pero en los hechos violenta las conciencias, lo cual es mucho peor. Queda claro asimismo, que para Gramsci, todo es creación histórica (“construcción cultural” en código de “género”) y no naturaleza.
En este sentido, cabe recordar que las feministas de género, consideran que el hombre y la mujer adultos son construcciones sociales; que en realidad el ser humano nace sexualmente neutral y que luego es socializado en hombre o mujer. Esta socialización, dicen, afecta a la mujer negativa e injustamente. Por ello, las feministas proponen depurar la educación y los medios de comunicación de todo estereotipo y de toda imagen específica de género, para que los niños puedan crecer sin que se les exponga a trabajos “sexo-específicos”. Por eso hablan también de “roles socialmente construidos” cuando se refieren a las ocupaciones que una sociedad asigna a uno u otro sexo.
Sigue el Dr. Gambra: “De aquí el interés de Gramsci por el cristianismo, al que considera germen vital de una cultura histórica, que penetra la mente y la vida de los hombres, sus reacciones profundas. Será preciso, para que la revolución sea orgánica y “cultural”, adaptarse a lo existente y, por la vía de la crítica y la autoconciencia, desmontar los valores últimos y crear así una cultura nueva. El ariete para esa transformación será el Partido, voluntad colectiva y disciplinada que tiende a hacerse universal. Su misión será la infiltración en la cultura vigente para transformarla en otra nueva materialista, al margen de la idea de Dios y de todo valor trascendente.
De acuerdo con Gambra, “su arma principal será la lingüística (la gramática normativa) que penetre en el lenguaje coloquial, alterando el sentido de las palabras y sus connotaciones emocionales, hasta crear en quien habla una nueva actitud espiritual. Si se cambian los valores, se modifica el pensamiento y nace así una cultura distinta.” Cómo no representarse inmediatamente al llegar a este punto, los términos “interrupción del embarazo”, “salud sexual y reproductiva”, “anticoncepción de emergencia”, “preembrión”; así como los cambios aparentemente inocuos de la palabra “amante” o “concubina/o” por la palabra “compañero” o “pareja” y muchos más. El denominador común es que todos esos términos llevan al error y a la confusión a grandes masas de personas que, como neófitos en estos temas, dejan de llamar a las cosas por su nombre sin la más mínima capacidad crítica y se tragan “lo que dice la tele”. Comenta el documento de la Conferencia Episcopal Peruana que para desconstruir la sociedad, las feministas de género “proponen desconstruir el lenguaje, las relaciones familiares, la reproducción, la sexualidad, la educación, la religión, la cultura, entre otras cosas.
Estos cambios en el lenguaje son posibles, si se dan cambios en la educación: “La educación es una estrategia importante para cambiar los prejuicios sobre los roles del hombre y la mujer en la sociedad. La perspectiva del ‘género’ debe integrarse en los programas. Deben eliminarse los estereotipos en los textos escolares y concienciar en este sentido a los maestros, para asegurar así que niñas y niños hagan una selección profesional informada, y no en base a tradiciones prejuiciadas sobre el ‘género’”.
Después, que nadie se asombre si María Pía se “casa” con Ana Inés, o Ramón con Lorenzo, pues éste es el objetivo: “El final de la familia biológica eliminará también la necesidad de la represión sexual. La homosexualidad masculina, el lesbianismo y las relaciones sexuales extramaritales ya no se verán en la forma liberal como opciones alternas, fuera del alcance de la regulación estatal, en vez de esto, hasta las categorías de homosexualidad y heterosexualidad serán abandonadas: la misma ‘institución de las relaciones sexuales’, en que hombre y mujer desempeñan un rol bien definido, desaparecerá. La humanidad podría revertir finalmente a su sexualidad polimorfamente perversa natural”.
Prosigue el Dr. Gambra: “El medio en que esta metamorfosis puede realizarse es el pluralismo ideológico de la democracia, que deja indefenso el medio cultural atacado, porque en ella sólo existen “opiniones” y todas son igualmente válidas. La labor se realizará actuando sobre los “centros de irradiación cultural” (universidades, foros públicos, medios de difusión, etc.) en los que, aparentando respetar su estructura y aún sus fines, se inoculará un criticismo que les lleve a su propia destrucción.
Si se logra infiltrar la democracia y el pluralismo en la propia Iglesia (que tiene en esa cultura el mismo papel rector que el Partido en la marxista), el éxito será fácil. La democracia moderna será como una anestesia que imposibilitará toda reacción en el paciente, aun cuando esté informado del sistema por el que está siendo penetrada su mente.”Vaya si son conocidos los nefastos resultados de la implantación del pluralismo y la tolerancia como valores absolutos en nuestras sociedades: nada se puede criticar si es políticamente correcto; todo se debe criticar si es políticamente incorrecto. Nuestras endebles democracias se ven amenazadas día tras día por los personeros de la mentira y de la muerte, por el terrorismo ideológico y por sus principales aliadas, las mafias de la desinformación. El odio a la Iglesia, es capaz de unir en este “pluralismo”, a un individuo como Ted Turner, paradigma del capitalista liberal, con el marxismo cultural, a cuyo servicio pone diariamente la CNN. Este odio se verifica también diversas organizaciones pseudocatólicas, como las “Católicas por el Derecho a Decidir” de triste memoria.
Y termina Gambra: “De aquí la revolución cultural, meta principal del actual marxismo, y movimientos como cristianos para el socialismo y otro semejantes que jalonan esto que se ha llamado la autodemolición de la Iglesia.”Es deber de todos los cristianos contribuir a evitar esa “autodemolizione” de la Iglesia ‒cuya estabilidad gracias a Dios, no depende de la voluntad humana‒, tan buscada por el marxismo cultural que ahora se viste con ropaje de “género”: otra alteración del lenguaje, esta vez para no asustar.
Fuente: Alvaro Fernández, Catholic.net (El artículo original ha sido resumido)

[1]“Si la revolución brota de un hecho violento o de una ocupación militar, siempre será superficial y precaria, y se mantendrá asimismo en un estado violento. El hombre no es una unidad que se yuxtapone a otras para convivir, sino un conjunto de interrelaciones activas y conscientes. Todo hombre vive inmerso en una cultura que es organización mental, disciplina del yo interior y conquista de una superior conciencia a través de una autocrítica, que será motor del cambio. La vida humana es un entramado de convicciones, sentimientos, emociones e ideas; es decir, creación histórica y no naturaleza”.

jueves, octubre 02, 2014

FAMILIA Y ENGRANAJE SOCIAL

Si mientes con frecuencia en casa, si hablas mal de la gente, si das voces habitualmente, si no respetas a los demás, si discutes por todo con tu esposo o con tu esposa o con tus hijos, si creas mal ambiente, si no sabes dialogar; si en tu hogar suceden todas estas cosas, o algunas de ellas, es un indicativo de que las cosas van mal o muy mal y que el desenlace puede ser tremendo.

Es por ello por lo que es importante cuidar los detalles, propiciar un ambiente que favorezca la armonía y la concordia. No podemos quedarnos de brazos cruzados cuando vemos que los enemigos de la paz familiar están tan cerca intentando dar lugar a un ambiente de ruptura y de fatal desenlace.

Los padres y las madres tenemos que enseñar a los hijos a colaborar en las tareas del hogar, a no ver en la televisión habitualmente los programas más cutres y chabacanos, a ser ejemplares, y para ello tenemos que dar nosotros también buen ejemplo, a practicar las virtudes, a aprovechar el tiempo, a ser estudiosos.

Tenemos que enseñar a los niños y a los jóvenes a que no se quejen por todo, a que coman lo que se les ponga, siendo siempre en esto agradecidos, pues hay muchas personas en el mundo que no pueden comer. Tenemos también que darle normas de conducta para que sepan actuar en la vida para que sepan ser y estar en las diversas circunstancias.

Todos los niños y jóvenes necesitan aprendizaje y gran parte de las cosas se aprenden en el hogar, de boca de los padres, de las madres y de los hermanos, si allí no se aprende, muchas cosas se quedarán sin aprender.

Los padres y madres tenemos que ocuparnos de las preocupaciones de los hijos, de sus inquietudes, de sus ilusiones y desilusiones; tenemos que dedicar tiempo a jugar con nuestros hijos, a hablar con ellos y a formarlos.

Con el tiempo, nos daremos cuenta de que nuestros hijos son el mejor de nuestros tesoros. El fracaso de nuestros hijos será nuestro fracaso; sus derrotas serán nuestras derrotas; sus alegrías también serán nuestras alegrías; su dolor será nuestro dolor y seguro que nos dolerá aún más que a ellos.

Los padres y madres tenemos que conducir a nuestros hijos por el camino del bien, por el camino de la bondad; por el camino: de la delicadeza, del cariño, del amor… Tenemos que enseñarles a ser compresivos, a ser tolerantes, a ser generosos, a ser solidarios, a ser respetuosos, a pensar en los problemas de los demás.

Muy importante es que sepan el valor negativo de la violencia, del aborto, del terrorismo, de las guerras; y además el daño terrible que todo esto ocasiona: muertes enfermedades, destrucción, miseria, caos.

Tenemos que enseñarles a enjuiciar las cosas, a valorarlas razonablemente. A valorar lo que sus padres le dan, la sociedad le da y Dios le da. Enseñarles la trascendencia de la vida, la existencia de Dios, la fe, el valor de los dones que de Dios hemos recibido, el sentido de la muerte; todo por supuesto según nuestras creencias.

Deben de saber la importancia de la dignidad del ser humano, la importancia: de la libertad, de la democracia, de la política. Y que conozcan los grandes vicios de la humanidad: deslealtad, deshonestidad, corrupción, usura, codicia, envidia, soberbia, arrogancia, poder...

También es importante que conozcamos el centro educativo al que van nuestros hijos, los profesores que imparten las enseñanzas, el ideario, los compañeros y en general el ambiente del centro; pues por desconocimiento pueden suceder cosas o sucesos ingratos que se han podido evitar.

Como profesor de Secundaria durante 37 años he apreciado el gran daño que producen en los hijos la marginación social, las rupturas y el mal ambiente familiar y las familias desestructuradas; también causa un gran daño la dejadez de los padres respecto de los hijos, el abandono, el descuido, el no dedicarse a ellos.

Los hijos son lo más importante, más que los negocios, más que las diversiones. Hay un dicho que nos puede servir de reflexión: “Si quieres destruir una sociedad destruye a sus familias”. Hoy los valores familiares no están en auge y así nos va todo, patas arriba: la sociedad, los valores, la moral, las costumbres, la convivencia, el sistema educativo, la economía. Sin la familia. todo el engranaje social se resquebraja y todo sucumbe.
Rafael Gutierrez Amaro

martes, septiembre 09, 2014

LA BELLEZA DEL MATRIMONIO SEGUN SPAEMANN

Para el pensador alemán resultan alarmantes las cifras de rupturas matrimoniales de las sociedades occidentales, pero mayor preocupación suscita la mentalidad divorcista que ha prendido entre los católicos. También entre los creyentes el matrimonio ha dejado de considerarse “una realidad nueva e independiente que se encuentra por encima de la individualidad de los esposos” y que no puede ser disuelta ni por la voluntad de los cónyuges, “ni por la decisión de un sínodo o del Papa”.
La belleza de la vida matrimonial solo puede brillar cuando se presentan también sus exigencias, sin diluirlas ni rebajarlas
No rendirse a la corriente dominante
Esta visión del matrimonio choca con ciertos valores actuales, pero no hay que olvidar que tradicionalmente el mensaje cristiano ha contrastado con los modos de vida predominantes. También hoy la Iglesia, “lo quiera o no, se está convirtiendo en una contracultura” y su futuro dependerá de su fidelidad a las enseñanzas del Evangelio, con independencia de lo aceptado socialmente.
Estas reflexiones responden a la polémica sobre la situación de los católicos divorciados y vueltos a casar y la publicación de la intervención del cardenal Kasper en el Consistorio Extraordinario, convocado por el Papa Francisco para preparar el próximo Sínodo de la Familia. Para Spaemann, un cambio en la postura de la Iglesia sobre este tema supondría “una capitulación a la ideología secular”.
Aceptar de alguna manera el segundo matrimonio de un divorciado no solo está en contradicción con la doctrina evangélica; significaría transformar “el concubinato adúltero en una unión aceptable bendecida por la Iglesia en nombre de Dios”. En tal caso, la respuesta a un pecado –el adulterio– no sería ya la contrición y el perdón, sino una nueva unión, como si el paso del tiempo enmendara en cierto modo la ofensa de la ruptura.
Este modo de pensar, que se ha extendido también en el seno de la Iglesia, está basado en un profundo error. “El tiempo de por sí no es creativo. Su mero transcurrir no restaura la inocencia perdida”. Del mismo modo, recuerda Spaemann, la responsabilidad por el pecado no se limita a confesar la culpa: hay una exigencia de reparación, el compromiso a regularizar una situación anómala o de llevar una vida de continencia.
“Hay un inmenso atractivo en la idea de que la unión de un hombre y una mujer está ‘escrita en el cielo’, que perdura en lo alto, y que nada puede destruirla”
Apoyar a las víctimasEso no supone discriminación ni una falta de caridad con quienes han iniciado una nueva unión: “apoyar a nuestros hermanos cristianos que se han vuelo a casar, mostrarles nuestra comprensión y asegurarles la solidaridad de la comunidad es un deber de misericordia”. Pero esa atención no obliga a rebajar sus deberes; además, “admitirles a la comunión sin contrición y sin regularizar su situación sería una ofensa contra la Eucaristía”.
En cualquier caso, a Spaemann le resulta extraño que en las discusiones sobre este tema no se hayan tenido en cuenta a las víctimas, cuando justamente se ha achacado a la Iglesia que en los casos de abusos sexuales no les prestara suficiente atención. “¿Ha hablado alguien sobre la mujer que ha sido abandonada por su marido, o sobre sus hijos?”, pregunta.
Si los divorciados y vueltos a casar pudieran recibir la comunión, las víctimas de la ruptura matrimonial de algún modo entenderían “que la Iglesia acepta y bendice una nueva unión”, añadiendo al drama de la ruptura un nuevo agravio. ¿No es de justicia que la Iglesia también se preocupe por ellas?
La belleza del matrimonio cristianoEs doloroso percatarse de que muchos católicos contraen matrimonio sin estar convencidos de su indisolubilidad. Se casan sin conocer las implicaciones del sacramento. La culpa de ello, en gran parte, es de la propia Iglesia: “La preparación al matrimonio cristiano muchas veces no presta a las parejas comprometidas una imagen clara de las responsabilidades que asumen. Si lo hiciera, muchos decidirían no casarse por la Iglesia. Para otros muchos, sin embargo, una buena preparación matrimonial les serviría para decidir su conversión”.
En lugar de buscar alternativas al criterio tradicional o disminuir las responsabilidades que comporta el compromiso conyugal, Spaemann cree necesario promover el atractivo de la concepción cristiana del matrimonio. Pero la belleza de la vida matrimonial solo puede brillar cuando se presentan también sus exigencias, sin diluirlas ni rebajarlas; de otro modo, desaparecería.
“Hay un inmenso atractivo en la idea de que la unión de un hombre y una mujer está ‘escrita en el cielo’, que perdura en lo alto, y que nada puede destruirla, que permanece ‘tanto en la salud como en la enfermedad’. Esta convicción es una maravillosa y estimulante fuente de fortaleza y gozo para aquellos esposos que se enfrentan a crisis matrimoniales y que buscan encender de nuevo su viejo amor”.

domingo, noviembre 03, 2013

PROHIBIDO EDUCAR

Una vez más, la familia de Dirk y Petra Wunderlich sufrió el totalitarismo del gobierno alemán, que sigue aplicando una ley del Tercer Reich para perseguir a los homeschoolers. Los homeschoolers son las familias que, para evitar que sus hijos sean pervertidos por la enseñanza estatal, los educan en su casa.
Según el informe de la Home School Legal Defense Association, esta vez, la casa de los Wunderlich, cerca de Darmstadt, fue asaltada por 20 funcionarios policiales, asistentes sociales, y agentes de la Jugendamt que, con un ariete, voltearon la puerta y secuestraron a sus 4 hijos, de entre 7 y 14 años. En esta ocasión, los Wunderlich pueden perder la relación con sus hijos, ya que ellos estaban a su cargo, pero bajo la custodia del Estado, desde hace unos años.
Según los comunicados de prensa, como continuaban educando en casa a sus hijos, el juez de familia de Darmstadt, Koenig, el 28 de agosto, dio la orden “incautación inmediata de los hijos de Dirk y Petra Wunderlich, por “la falta de cooperación de los padres con las autoridades para enviar a los niños a la escuela”. El juez también autorizó “el uso de la fuerza contra los niños”, debido a que éstos “podrían haber adoptado las opiniones de sus padres", y no se podía esperar cooperación ni de los padres ni de los hijos. Los chicos fueron llevados a lugares desconocidos, y sus padres no saben cuándo podrán volver a verlos.
En 2009, la familia Wunderlich, se trasladó a Francia buscando libertad para educar a los chicos. Por pedido de la policía alemana, la policía francesa secuestró a los niños de la casa de Dominique Chanal en St. Leonard, en la que estaba toda la familia, con la excusa de que los chicos estaban abandonados.
Obama: homosexuales, sí; familias cristianas, no.

lunes, octubre 28, 2013

DAÑOS DROGAS

Un estudio1 aparecido en The Lancet (1) trata de cuantificar el daño en la salud que provocan las drogas ilegales en todo el mundo. Aunque se trata solo de una aproximación, los datos son suficientemente relevantes.
Los autores reconocen que el informe cuenta con importantes limitaciones: en primer lugar, las cifras no son fruto de una investigación propia, sino que están tomadas de diversos estudios, aunque todos ellos recientes; en segundo lugar, solo se han tenido en cuenta los efectos de las drogas sobre la salud de las personas, dejando de lado los daños sociales, familiares y económicos; por otro lado, no se han estudiado las consecuencias de las llamadas “drogas legales”: el alcohol y el tabaco, sino solo las de las ilegales, y especialmente el cannabis, las anfetaminas, los opiáceos y la cocaína; además, los datos se restringen a los consumidores dependientes, es decir, a aquellos en las que se da la presencia –al menos durante un mes– de tres o más indicadores de dependencia según la última edición de la Clasificación Internacional de Enfermedades. Este filtro deja fuera a los consumidores ocasionales, que en drogas como la marihuana o el hachís son una proporción bastante significativa del total.
La tasa de dependencia subió más de un 20% entre 1990 y 2010, debido fundamentalmente a los opiáceos
Años perdidosLas unidades empleadas para medir el daño de cada droga han sido los YLDs (Years Lived with Dissability, es decir los años vividos con una discapacidad motivada por la dependencia de la droga) y los YLLs (Years of Life Lost, los años de vida perdidos debido a una muerte prematura –por la misma razón– de acuerdo a la esperanza de vida previsible). La suma de estos dos factores da el número de DALYs: el conjunto de años afectados de una u otra manera por la droga.
Por ejemplo: si una persona que por sexo, grupo social, etc. tiene una esperanza de vida de 80 años, muere a los 50 años por una causa directamente relacionada con su dependencia, se cuentan 30 YLLs; si además ha sufrido durante sus últimos diez años algún tipo de discapacidad motivada por la droga, se sumarían 10 YLDs. En total, 40 DALYs. Sumando los DALYs de todos los dependientes –obviamente, utilizando muestras de población– se obtiene el daño total causado por las drogas en el mundo.
Este acercamiento, a la vez que resulta práctico, se enfrenta a un gran problema: cómo saber qué muertes o qué discapacidades son atribuibles al efecto de la droga. En algunos casos, la relación causa-efecto aparece bastante clara, y como tal se ha consignado en las autopsias, y de ahí ha pasado a los informes revisados por el equipo investigador.
En otros casos menos claros, donde los efectos de las drogas son indirectos, los investigadores emplean un criterio estrictamente consuetudinario: se ciñen a lo que la comunidad científica ha ido sancionando con el paso del tiempo y de las investigaciones. Por ejemplo, existen numerosas investigaciones que señalan una relación entre el consumo frecuente de cannabis y la aparición o el agravamiento de la esquizofrenia; de ahí que los autores cuenten como daño del cannabis esos efectos siempre que haya indicios científicos de la conexión en los casos concretos. En cambio, la relación entre cannabis y enfermedades de miocardio no tiene aún aval científico suficiente, por lo que no se tiene en cuenta.
El cannabis produce tanta discapacidad por consumidor dependiente como la cocaína y las anfetamina
La epidemia que no cesaDesde 1990 a 2010, el número total de DALYs creció más de un 40%; aunque si se descuenta el efecto del crecimiento de la población, el aumento queda en un 22%. Los opiáceos tienen gran culpa de esta tendencia, ya que los DALYs producidos por este tipo de dependencia subieron un 40% –sin contar factores demográficos–. En total, en estos veinte años se produjeron casi 20 millones de DALYs: la suma de 3,5 millones de “años muertos” (YLLs) y de 16,5 millones de años de discapacidad (YLDs).
El mayor número de dependientes –que no de consumidores, donde el cannabis mantiene un indiscutible primer puesto– lo ocasionan las anfetaminas (más de 17 millones), seguidas de los opiáceos y el cannabis (15,5 millones y 13 millones respectivamente). El número de dependientes de la cocaína es bastante inferior: cerca de siete millones. Uno de cada tres dependientes es mujer, aunque la proporción es algo mayor –pero siempre por debajo del hombre– en el cannabis y las anfetaminas.
La droga que, con mucha diferencia, provoca más DALYs son los opiáceos, no solo por las adicciones, sino también por su relación con el VIH (el virus causante del sida). Casi cuatro veces menos daño ocasiona la cocaína, el cannabis y las anfetaminas, con una ratio DALYs-dependiente muy parecida entre ellos.
Aunque las anfetaminas provocan el mayor número de casos de dependencia (uno de cada tres), los años de discapacidad (YLDs) atribuibles a esta droga solo representan el 15% del total, y el número de “años perdidos” es apenas significativo, pese a que es la sustancia más claramente asociada al suicidio. En cambio, el daño de los opiáceos, aunque menor en extensión, es más intenso: aunque esta droga supone el 29% de las adicciones, su representación tanto en los YLDs como sobre todo en los YLLs es mucho mayor, un 43% y un 55% respectivamente. Es decir, más de la mitad de los años muertos se deben a los opiáceos. Otro significativo 43% es atribuible al grupo de sustancias que el informe engloba en “otras drogas”: éxtasis, alucinógenos, uso no médico de fármacos como la benzodiacepina, etc.
Cannabis: droga blanda con duras consecuenciasLa imagen social del cannabis es mucho más positiva que la de la cocaína, algo que probablemente tenga que ver con una supuesta mayor facilidad para consumir cannabis sin llegar a ser dependiente. Los números del informe –que se refieren solo a los casos de dependencia– señalan no obstante que el número de dependientes de la cocaína es apenas la mitad que los del cannabis.
Es cierto que el consumo de cannabis apenas produce YLLs, entre otras cosas porque su relación con el suicidio o con algunas enfermedades de corazón no está aún lo suficientemente demostrada. Sin embargo, la proporción de años de discapacidad por cada dependiente es muy similar a la de la cocaína, y solo ligeramente inferior a la de las anfetaminas.
Como efectos indirectos sobre la salud, más allá de la propia dependencia, el cannabis solo se ha relacionado fehacientemente con la esquizofrenia: tanto su agravamiento como su temprana aparición. No obstante, la proporción de casos es poco significativa. Nada que ver, por ejemplo, con el principal “daño colateral” producido por las drogas ilegales: el VIH.
Según el informe, las infecciones de VIH debidas al consumo intravenoso (fundamentalmente de opiáceos) supusieron entre 1990 y 2010 un total de 2,1 millones de DALYs, más del 10% del total. De ahí que los autores centren sus recomendaciones en este tipo de sustancias. En concreto, proponen fomentar el uso de sustitutivos a los principales opiáceos como forma de desenganchar a los dependientes, y facilitar el tratamiento con antirretrovirales a los infectados por VIH.
__________________Notas(1) “Global burden of disease attributable to illicit drug use and dependence: findings from the Global Burden of Disease Study 2010”, The Lancet (29-08-2013).